_
_
_
_
_

EE UU modera sus exigencias para participar en las misiones de la ONU

El Consejo de Seguridad recibe con cautela la propuesta de Washington

El Consejo de Seguridad de la ONU recibió ayer con cautela la nueva propuesta de EE UU para resolver la crisis que la semana pasada casi acaba con la misión de los cascos azules en Bosnia. Washington, que ha vinculado su presencia en las operaciones de paz de Naciones Unidas a su oposición a la Corte Penal Internacional (CPI), ha matizado sus demandas, aunque sigue pidiendo que sus soldados no puedan ser juzgados por esta corte.

Más información
La Unión Europea asegura que seguirá en los Balcanes aunque EE UU se retire
Nace el tribunal penal global
EE UU veta la renovación del mandato de la ONU en Bosnia
Washington negocia convenios bilaterales para proteger a sus soldados de la CPI
Multimedia:: Así funciona el TPI para la antigua Yugoslavia

El Consejo esperaba alcanzar hoy un compromiso antes de que termine el mandato de sus tropas, el próximo lunes. El nuevo texto estadounidense es bastante más moderado que sus primeras exigencias. A finales de junio, EE UU amenazó con retirarse de las misiones de paz de la ONU, empezando por la de Bosnia, si sus soldados no quedaban fuera de la jurisdicción de la CPI, un tribunal que juzgará crímenes contra la humanidad y de guerra. El Gobierno de Bush no quiere ratificar la corte porque teme que su estatus de superpotencia le convierta en blanco legal por parte de otros países.

La propuesta de Washington, que empezó a debatir ayer el Consejo, se ampara en un tecnicismo para conseguir un triple objetivo: prolongar el mandato de los cascos azules en Bosnia (UNMIBH), conseguir una inmunidad temporal para los estadounidenses y conservar la autoridad de la corte. Usando el artículo 16 del Estatuto de Roma (que ha creado la CPI), pide que sus soldados queden exentos de cualquier investigación o juicio durante un año, periodo renovable por el Consejo de Seguridad que decidiría entonces qué hacer con los presuntos acusados.

Al contrario que en su primera propuesta, EE UU no habla de una inmunidad absoluta para todos los países que no hayan ratificado la CPI (entre ellos China y Rusia) ni pide una renovación automática de este periodo de gracia, los dos principales escollos que causaron la crisis.

La nueva iniciativa fue acogida con optimismo y cautela. El Reino Unido, que ostenta la presidencia del Consejo, aseguró que se trataba de 'una buena base para la discusión'. El resto de los 15 miembros, empezando por Francia, se ha mostrado algo más prudente. El representante francés ante la ONU, Jean-David Levitte, calificó el texto de 'paso' en la buena dirección. 'De hormiga', añadió una fuente diplomática.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Los europeos opinan que la propuesta de EE UU respeta la letra pero no el espíritu de la CPI, un tribunal con vocación universal. El artículo 16 se concibió para casos muy específicos y excepciones precisas no para 'casos genéricos, ni inmunidades generales', resaltó el embajador alemán ante la corte, Hans-Peter Kaul. Washington necesita sólo nueve votos para hacer pasar su proyecto de resolución. Contaría ahora con el apoyo de China, Rusia, Bulgaria y quizá Singapur. Quedan pocos días de debate, el mandato de la UNMIBH, una fuerza de 15.00 policías (46 de ellos de EE UU) expira el día 15.

Aunque consiga los votos, la actitud de EE UU ha creado un gran malestar, incluso entre sus aliados. En el debate abierto que el Consejo de Seguridad celebró el pasado miércoles, el embajador canadiense Paul Heinbecker tuvo palabras muy duras: 'Salimos de un siglo de Hitler, Stalin, Pol Pot, Idi Amín, el holocausto, el genocidio en Ruanda y la limpieza étnica en la antigua Yugoslavia. La lección fundamental del más sangriento de los siglos, es que la impunidad debe terminar'.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_