Elliott Erwitt recorre con ironía medio siglo en 120 fotos en blanco y negro
'La mayoría de las imágenes son espontáneas', declara ante la exposición del Reina Sofía
El estadounidense de origen europeo Elliott Erwitt (París, 1928), un clásico de la fotografía moderna, presentó ayer en el Museo Nacional Reina Sofía, de Madrid (Santa Isabel, 52), una retrospectiva de 120 fotografías en blanco y negro que resume medio siglo en una mirada irónica y crítica. 'La mayoría de estas imágenes son espontáneas, no hay ningún tipo de idea preconcebida. Mi trabajo es reaccionar a las cosas que veo, cuando algo me atrae la atención', declaró ante escenas de la América profunda, retratos de políticos, personajes populares, ciudades, su propia familia y perros.
'La exposición muestra un trabajo absolutamente fascinante de una de las miradas fundamentales de la fotografía de la segunda mitad del siglo XX', afirmó el director del Museo Nacional Reina Sofía, Juan Manuel Bonet, al presentar la exposición EE 60/60 Fotografías de Elliott Erwitt. Esta producción del museo forma parte del festival internacional PHotoEspaña 2002, en uno de los últimos actos del programa, que comenzó con la muestra dedicada a la fotógrafa Nan Goldin, en el Palacio de Velázquez, del Retiro madrileño, primer premio del festival.
La retrospectiva dedicada a Erwitt, con 120 fotografías en blanco y negro, integra su dedicación al fotoperiodismo en la agencia Magnum y otros trabajos más personales que han formado libros y exposiciones (Son of bitch, The family of man, Photographs and antiphotographs, Observations on American architecture, The angel tree, Hundstage, Personal exposures).
Continuidad
El montaje, preparado por la comisaria Catherine Coleman, conservadora de fotografía del museo, estará abierto al público hasta el 16 de septiembre. A partir de esa fecha, la agencia Magnum organiza una itinerancia por ciudades españolas y de otros países europeos, que ayer no se habían concretado. En la selección de las fotos, realizadas entre 1946 y 2001, algunas inéditas, y en el catálogo (Ediciones Aldeasa), convertido en un libro de artista con diseño de Carlos Serrano, ha participado el autor junto con la comisaria.
En la tercera planta del museo, el espacio de gabinete se ha dedicado a la retrospectiva de Elliott Erwitt, con las fotos agrupadas por temas y no por orden cronológico. Catherine Coleman ha preferido dar una continuidad al trabajo de Erwitt y al mismo tiempo huir del tono humorístico con el que se identifica al fotógrafo, al dar más relieve a las imágenes de segregación racial y otras escenas de la sociedad de la América profunda. Erwitt suele decir que gracias a Mussolini se hizo norteamericano, ya que con la llegada del fascismo su familia abandonó Milán y emigró a Estados Unidos. En 1948, tras realizar cursos de fotografía en la Universidad de Los Ángeles y trabajar en un laboratorio de revelado, se instala en Nueva York. Allí se encuentra con Edward Steichen, Robert Capa y Roy Stryker, nombres vinculados a los primeros años de profesional, con la participación en la exposición Family of man, en 1954, en el MOMA de Nueva York, y el ingreso el mismo año en la agencia Magnum, la firma que identifica la fotografía documental y el fotoperiodismo.
La biografía, con sus viajes y encuentros, deja sus rastros en la muestra, con el material de encargos para las revistas (como Life de los años cincuenta), la publicidad, el cine, los documentales o los encargos para la Casa Blanca. Erwitt es un fotógrafo que prefiere que hablen las propias imágenes. Ayer distinguía entre las fotos en color, para los encargos, y el blanco y negro, de carácter más personal.
'La mayoría de estas fotos las he tomado para mí mismo, para divertirme. Soy profesional, pero siempre llevo una cámara personal', declara Erwitt, que anima a los fotógrafos a elegir las fotos que prefieren como fondo. 'Hay que mirar las fotografías, y espero que llegue el mensaje al espectador'. Residente en Nueva York, se encontraba en la ciudad el 11-S de los atentados. 'Estuve allí, y por algún motivo no quise hacer fotografías'.
Las piezas expuestas y reproducidas en el catálogo no han sido alteradas ni manipuladas electrónicamente, y así aparece cerca de la dedicatoria de Erwitt, donde cita 'a todos los que, consciente o inconscientemente, me han servido de sujetos fotográficos', y a Magnum Photos 'por haber hecho más llevadera mi vida en la fotografía'.
La comisaria, Catherine Coleman, escribe en el catálogo que la formación de Erwitt como fotógrafo, 'sus valores e iconografía tienen el origen en los años cincuenta, y los ha mantenido hasta hoy'. 'Dos elementos básicos del estilo americano de vida, la televisión y el automóvil, están presentes en toda su obra. El automóvil representa la cultura de la carretera, la publicidad y el motel, y muchas imágenes se refieren a ella. Erwitt ha sido fiel a los principios estéticos de la agencia Magnum'.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.