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Reportaje:

Arte, libertad y madurez

Los Reyes entregan en Cádiz las Medallas al Mérito en las Bellas Artes

El Rey ensalzó ayer en la ciudad de Cádiz, en el acto de entrega de las Medallas de Oro al Mérito en las Bellas Artes, el 'talento creativo' de los galardonados como mejor demostración de la 'madurez' de España. Sus referencias a estos dos aspectos y a la 'atalaya de la libertad' de la capital gaditana centraron un discurso con el que agradeció a los 17 artistas y 2 entidades distinguidos que hayan estimulado la 'sensibilidad, las ambiciones y el disfrute' de la sociedad española.

El Convento de San Francisco, fundado en 1566, acogió una ceremonia que presidieron los Reyes y a la que asistieron también el presidente andaluz, Manuel Chaves; la ministra de Educación, Cultura y Deporte, Pilar del Castillo, y la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez.

Los aplausos más efusivos fueron para los que jugaban en casa: la compañía gaditana de títeres La Tía Norica, con más de 200 años de tradición; y el torero Rafael de Paula, quien estuvo acompañado por una amplia representación del espectro taurino y recibió los únicos olés y bravos de la tarde.

Pero la ovación más prolongada fue para el actor Tony Leblanc, con quien don Juan Carlos se entretuvo más que con el resto de galardonados cuando le entregó la medalla. Los actores Sancho Gracia, Tina Saiz y María Fernanda D'Ocón, el cineasta Ventura Pons y el dibujante Francisco Ibánez recibieron aplausos dentro y fuera del convento, de los invitados y de los cientos de gaditanos que se agolparon en la plaza de San Francisco.

La lista de distinguidos la completaron el diseñador de zapatos Manuel Blahnik, el estudioso de la música Joaquín Díaz González, el compositor y director de orquesta Joan Guinjoan Gispert, el director de teatro Miguel Narros, la bailarina Tamara Rojo (quien se valió de unas muletas debido a una lesión en su tobillo derecho, inmovilizado con una escayola), la galerista Mercedes Buades, el pintor Cristino de Vera, el arquitecto y diseñador de interiores Duarte Pinto Coelho, el economista y presidente de la Caja de Ahorros de Salamanca y Soria, Sebastián Battaner y el Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente de Segovia.

A todos ellos, uno por uno, dedicó la ministra de Educación,Pilar del Castillo, elogios personales. Antes, generalizó: 'El premio que recogéis tiene un doble significado: el reconocimiento a una trayectoria y unos valores, e instar a la emulación de las nuevas generaciones'.

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Del futuro también habló Manuel Chaves, quien apeló a la cultura como 'un patrimonio común' y no un 'coto reservado para las vanguardias o las elites'. Con todo, el presidente andaluz puso el mayor énfasis en el marco elegido para la entrega de estas distinciones. 'Pocos lugares podríamos encontrar más adecuados para rendir tributo al espíritu creativo que esta ciudad de Cádiz (...) donde se respira un aire preñado de libertad', ensalzó Chaves, quien recordó la figura del escritor y poeta gaditanos Fernando Quiñones y Rafael Alberti.

El sueño de Chicho

La elección de Narciso Ibáñez Serrador, Chicho, para que interviniera en nombre de los premiados fue acertada. El polifacético escritor, guionista, director de cine y realizador de televisión uruguayo recordó en su intervención el estilo peculiar que le encumbró con la serie Historias para no dormir. Sin embargo, ayer no fue una pesadilla sino el sueño del artista el que cerró su discurso. 'Nuestro deber es dar el último suspiro encima de la escena, vestidos de amarillo o con calzón corto, cogidos al pincel, al capote o a la pluma, bailando o cantando, con títeres o sobre carromatos, pero eso si yendo siempre, siempre detrás de un sueño', dijo regado con su peculiar acento e intencionadas pausas. Ibáñez emplazó a sus compañeros galardonados a continuar con 'más fuerza y más empeño que nunca' la obra a la que han dedicado sus vidas. 'Ahora que el camino tiene menos espinas, creo que sería imperdonable para agradecer esta medalla que nos apuntáramos al paro', ironizó Chicho, quien recibió el cariño de los asistentes. El director de La Tía Norica, José Bablé, expresó también su 'satisfacción y orgullo' por recibir esta distinción en la ciudad de Cádiz. 'Más que un premio para La Tía Norica, es un premio para toda la ciudad de Cádiz, para todo aquel que lleve en la sangre ese gaditanismo de pro que recuerda que esta compañía forma parte de nuestra propia ciudad', subrayó. Bablé recordó las numerosas generaciones gaditanas que desde 1790 'pusieron su pequeño granito de arena artística y su vocación por mantener esta tradición'. En todos los discursos hubo un sitio especial esta compañía que, junto con el resto de premiados, compartió protagonismo con otros asistentes al acto como Nati Abascal, María José Cantudo, Pepe Oneto, Chano Lobato, Pastora Soler, Canales Rivera, Rafael Padilla o José Manuel Parada.

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