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La televisión de EE UU recurre a Hollywood para reactivar sus series

Michael Douglas, Brad Pitt y Halle Berry son algunos de los invitados

En la televisión de EE UU no hay nada más importante que los resultados de audiencia durante mayo. Es lo que se conoce como los sweeps, que definen el periodo de medición de audiencia en el que se basan las tarifas publicitarias de la temporada siguiente. Un buen resultado en mayo para una serie es una garantía de ingresos. Los sweeps han convertido este mes en un derroche audiovisual y un enorme despilfarro. Se montan especiales directos al corazón del espectador (como el regreso de La Ley de Los Ángeles en forma de telefilme) o se cancelan series como última excusa para que los espectadores vean el episodio final (Expediente X y Felicity, entre otras, desaparecen en las próximas semanas).

Otro recurso, nunca tan usado, es el de las estrellas invitadas. Hollywood parece haber descubierto que salir en televisión ya no es un castigo. Los motivos son tan variados como personales: Brad Pitt participó en Friends (NBC) porque su mujer es una de las protagonistas; el intratable Sean Penn estuvo en otro capítulo sólo porque su hija está enganchada a la serie; Michael Keaton ha estado en Frasier (NBC) porque adora al psiquiatra de Seattle, igual que Tarantino ha querido salir en Alias (ABC) porque es un fan de esta serie sobre una doble agente de la CIA.

Un ejemplo extremo es el de Halle Berry, que aceptó trabajar en televisión (invitada en The Bernie Mac show, de la Fox) justo después de haber ganado un Oscar. El productor de la serie, Larry Willmore, también consiguió la participación de Billy Cristal, una de las 'megaestrellas' de EE UU.

Hay también motivos profesionales para este flirteo. Sandra Bullock aparece en George López (ABC) porque también es su productora ejecutiva. Mariah Carey aceptó un papel en Ally McBeal (Fox) porque necesitaba levantar su imagen después de que su casa de discos decidiera romper su contrato; al fin y al cabo, Sting y Elton John han intervenido recientemente en la serie. Vanessa Williams y Christina Ricci también han pasado por el bufete, que cierra para siempre dentro de tres episodios.

Susan Sarandon participa como estrella invitada en Malcolm in the middle (Fox); Alec Baldwin ha pasado por Friends (NBC); Dennis Hopper aparece en 24 (Fox); Peter O'Toole aceptó trabajar en The education of Max Bickford (CBS); Gary Oldman se interpreta a sí mismo en Greg The Bunny (Fox); y William Hurt, en King of queens.

Pero si hay alguna serie capaz de atraer invitados de renombre ésa es Will & Grace (NBC), la comedia sobre un abogado homosexual creada por el mismo equipo que ideó Cheers. En las últimas semanas han participado desde Woody Harrelson hasta Glenn Close, pasando por Cher y Matt Damon, cuya colaboración dio a la telecomedia su récord de audiencia: 25,3 millones. Will & Grace ha significado también el regreso de Michael Douglas 26 años después de Las calles de San Francisco. Douglas interpretó a un policía con aspecto de duro, aunque era un agente gay que se queda prendado del protagonista, Will.

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