El contrabajista Charlie Haden refleja su pasión por los boleros en 'Nocturne'
El músico presenta hoy el disco en San Sebastián, tras actuar en A Coruña, Barcelona y Murcia
Cualquier género es interesante si la música es buena. Ésta parece ser la máxima de Charlie Haden (Shenandoah, Iowa, 1937). Con su grupo Liberation Music Orchestra, uno de los iconos del jazz 'politizado', ya incluyó frecuentes referencias a la música suramericana, pero el idilio de este prestigioso bajista con los boleros ha explotado en Nocturne, un disco que, efectivamente, plantea una especie de noche de ronda serena y refinada. El músico ha presentado el disco en A Coruña, Barcelona y Murcia, y hoy lo hace en San Sebastián.
'Siempre quise grabar un disco de boleros', afirma Haden. 'Son baladas muy hermosas que el público europeo y, sobre todo, el norteamericano, no tiene ocasión de escuchar habitualmente. En Estados Unidos tenemos algo similar en algunas canciones de Cole Porter o Jerome Kern con elementos latinoamericanos, pero pertenecen a otro ámbito. Llevo años escuchando boleros con regularidad y cuando le propuse la idea a Gonzalo Rubalcaba se entusiasmó. Repasé mi colección de discos y, después de una primera criba, nos fuimos a Miami a grabar lo que habíamos seleccionado. No sé español, de modo que no puedo entender las letras, pero la verdad es que disfruté muchísimo con la música. Aunque no haya voces, siguen siendo canciones maravillosas y es una suerte que haya obtenido un grammy precisamente con ellas'. Lo cierto es que el contrabajista ya ha ganado este premio por otro disco con Pat Metheny, pero éste sabe más sabroso.
Haden se inició en el jazz en la soleada escena californiana con el saxofonista Art Pepper, y después fue miembro de grupos tan señeros como el cuarteto del gran Coleman Hawkins, padre del saxo tenor moderno, y del quinteto de Paul Bley. En esta última banda conoció a una pareja de instrumentistas de viento que ya entonces parecía inseparable, Ornette Coleman (saxo alto) y Don Cherry (trompeta). Bajo la dirección de Coleman, el contrabajista participó en discos tan cruciales como The shape of jazz to come, Change of the century o This is our music: títulos visionarios que nadie se atrevió a calificar de petulantes una vez escuchada la música que definían. Después vendría su larga colaboración con Keith Jarrett, la repoposición de la música de Ornette Coleman a través del grupo Old and New Dreams y docenas de experiencias bajo distintas banderas conceptuales.
'Siempre estoy pensado en música, y por suerte la hay buena en todas partes', dice el contrabajista. 'He grabado tangos con Dino Saluzzi y Richard Galliano, y también he tenido estimulantes aproximaciones a la música brasileña a través de Egberto Gismonti, y a la portuguesa, con Carlos Paredes . Me gustaría hacer algo similar con el flamenco. De hecho, ya he hablado con Vicente Amigo. Con él o con Paco de Lucía me encantaría que grabásemos algo juntos'.
No cabe duda de que de ese encuentro surgiría música muy especial. Haden no es un contrabajista de jazz al uso. Sigue utilizando cuerdas de tripa natural porque, en sus propias palabras, 'sintonizan mucho mejor con el sonido de la madera antigua'. Haden admite que tocó el bajo eléctrico durante una temporada, pero sólo por razones de pura supervivencia. 'Estaba casado y acababa de llegar mi primer hijo', recuerda, 'El dinero que ganaba con los grupos de Ornette y Jarrett no era suficiente, así que tuve que enrolarme en unas sesiones de estudio, y allí no querían un bajo acústico. Volvía a casa tan deprimido que mi esposa me decía que lo dejara cuanto antes. La verdad es que me daba la sensación de estar tratando con el enemigo'.
Otro rasgo diferencial de Haden es la búsqueda de inspiración más allá de su entorno cultural. 'Me parece una tontería perderme manifestaciones de otros lugares. A cualquier músico que toque más allá de estilos cerrados, y cuyo único fin sea atraer a la gente hacia la buena música, le preocupan muy poco las categorizaciones. A mí me gustan mucho compositores clásicos, pero lo más importante es seguir aprendiendo de la gente con la que toco en vivo. Los músicos que han participado en mi disco son fantásticos'.
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