'Chávez está en libertad provisional'
Rafael Poleo, periodista y editor venezolano de la revista Zeta y del diario Nuevo País, testigo en primera fila de la intentona golpista contra el presidente Hugo Chávez, considera que éste se encuentra 'en libertad provisional'. Sostiene Poleo que los militares han impuesto a Chávez una línea conciliadora de moderación, aunque no se puede saber si el presidente 'ha dado un paso atrás para luego dar dos adelante'. De visita en Madrid, Poleo concedió una entrevista a EL PAÍS.
A sus 64 años, Poleo tiene tras de sí una larga trayectoria periodística. Además, metido en política, ocupó Poleo cargos dirigentes en el partido Acción Democrática y fue senador. Esto no impidió que se opusiese al presidente adeco Carlos Andrés Pérez. Poleo se autoexilió en Miami hasta el final del segundo mandato de Pérez.
'Chávez trata de ganar tiempo y quizá dar un paso atrás para dar después dos adelante'
La noche del golpe contra Chávez la pasó Poleo con lo más granado de la oposición en el canal Venevisión, propiedad de Gustavo Cisneros. Incluso le encargaron levantar acta de la reunión, en la que se encontraba el que luego llegó a presidente por unas horas, el dirigente empresarial Pedro Carmona. Relata Poleo que aquella noche, a las dos de la madrugada, Carmona les dice que estaba exhausto, se iba a dormir tres o cuatro horas y propuso seguir la reunión por la mañana. Poleo le acompañó al ascensor para despedirlo y comentó con Carmona la posibilidad de represalias en las casas de los allí reunidos. Carmona le dijo a Poleo que iba a dormir a un hotel, a ducharse y cambiarse de ropa. 'Le pregunté si iba a dormir vestido. Pasada una media hora, me llamó un alto oficial desde Fuerte Tiuna, la sede del Ejército, para decirme que Carmona estaba encerrado allí con el comandante del Ejército'. Añade Poleo: 'Estaban allí formando Gobierno y lo comenté con Gustavo Cisneros, que dijo: 'Ya nos jodió'. Se refería a Carmona'.
Según Poleo, se formó 'un Gobierno muy reaccionario y esto tiene la cara de un golpe de ultraderecha, un golpe de mano. Ni siquiera era un golpe dentro del golpe de mano. Ellos venían en paralelo, ni siquiera en el caudal. En un determinado momento, Carmona se desmonta del carro constitucionalista. Nosotros queremos sacar a Chávez con la constitución y Carmona salta al carro de un golpe de Rambo. Carmona nos engañó. Nos dijo que se iba a dormir'.
Para el editor, 'era un golpe de ultraderecha. Las Fuerzas Armadas no quisieron cambiar un régimen fascista de izquierda por uno de derecha. Los Círculos Bolivarianos [grupos de choque partidarios de Chávez] operan como un chantaje sobre las Fuerzas Armadas. No son más de 5.000 personas, pero armadas y entrenadas para organizar disturbios públicos, para armar zafarrancho. Ellos arrastran a los saqueadores, que puede ser cualquiera. Todo el mundo quiere llevarse un televisor para casa. En Venezuela hay una tradición de saqueo. Los 5.000 de los Círculos Bolivarianos están entrenados por cubanos. Eso ya no se oculta. Ellos consideran legítimo que sus hermanos cubanos les enseñen a defender la cosa. Lo consideran legítimo derecho de defensa. Ellos arrastran a los saqueadores'.
Añade Poleo: 'La extorsión sobre las Fuerzas Armadas es que si continúan los saqueos, los militares tienen que salir a matar a la gente. Para evitar eso, Chávez dice 'tienen que soltarme a mí, que soy el que recoge a la gente'. Ellos le imponen a Chávez: usted tiene que reconciliar al país, no puede seguir en su línea de cooperación con la narcoguerrilla, tiene que revisar su posición frente a Europa y Estados Unidos y frente a la Iglesia católica, usted tiene que hacer la paz'.
Asegura Poleo: 'Los militares devolvieron a Chávez condicionado. Chávez está en libertad condicional. Su margen de maniobra es precario, es estrecho. Le han impuesto conciliar y cambiar de línea política. Él tratará de ganar tiempo y quizá, como dijo Lenin, dar un paso atrás para dar dos hacia adelante'.
Bajo el control militar, el Chávez posterior a la intentona golpista, según Poleo, 'ha abierto los brazos'. En un programa de televisión, el presidente aseguró: 'Yo he envainado la espada'. Relata Poleo cómo replicó a Chávez en otro programa de televisión: 'Eso no es envainar la espada. Con la espada tú tienes que hacer lo que dijiste que los dueños de periódicos teníamos que hacer con los periódicos: enrollarlos y metérnoslos por donde nos cupieran. Métete la espada por allí, porque aquí no queremos que nos gobierne la espada. Vamos a tener un general, que sea un general de verdad. No un general de opereta como eres tú. Lo que te pasa es que tú ya supiste lo que es tener los calzoncillos sucios y tener que lavarlos tú mismo. Él dijo que 'ya tuve que lavar mis calzoncillitos'. Francamente, no entiendo por qué en 28 horas tú necesitabas cambiarte los calzoncillos. Uno en combate puede pasar varios días con los mismos calzoncillos y tú tuviste que cambiártelos. Ahora tú te pones así, porque se te ensuciaron los calzoncillos'. Eso se lo dije en el aire, sobre la marcha. A pesar de eso, me llamó anoche por teléfono aquí, a Madrid. Así está de conciliador'.
Concluye Poleo: 'París bien vale una misa, pero vamos a ver qué está pensando Chávez. ¿Dejó de ser revolucionario a partir del incidente de los calzoncillos?'.
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