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La prisión de El Acebuche carece de cámaras de vigilancia desde 1996

La cárcel de Almería ha sido demandada por falta de salud y personal

La seguridad en el centro penitenciario de El Acebuche, en Almería, está en permanente jaque desde, al menos, una década atrás. Funcionarios de la prisión aseguran que ésta vive sumida en la 'más absoluta dejadez' de manos del Ministerio del Interior. La prisión, que se inauguró en 1986, carece de sistemas de vigilancia tan elementales como un circuito cerrado de televisión, barrera de entrada o valla en aparcamientos.

A esto se suma la masificación de sus dependencias, preparadas para 730 internos y que, en la actualidad, acogen a alrededor de 1.100 presos. El compartimiento de celdas de dos en dos y, 'a veces', hasta de tres en tres es algo usual. Entre las carencias de seguridad exterior denunciadas reiteradamente por los sindicatos CSI-CSIF y la Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias (ACAIP) destaca la ausencia de control de acceso de personas y vehículos al centro. El aparcamiento de familiares tiene su ubicación justo debajo de las oficinas de la prisión y a escasos 20 metros de la puerta principal; el de funcionarios, a 50 'sin ninguna valla opaca que impida ver los vehículos a cualquier persona'.

A la inexistencia de un circuito cerrado de televisión -no reparado desde su avería, hace ahora seis años- o una barrera de control de accesos, se añade la masificación de internos en el centro que tan sólo dos meses atrás superaba los 1.200 internos. 'Además de la supermasificación tenemos una cantidad de primeros grados elevada, casi 50', manifiesta el delegado de CSI-CSIF, Francisco Iglesias.

Los requerimientos de la última inspección de trabajo motivada por ACAIP en materia de prevención de riesgos laborales tampoco se han llevado a cabo. 'Las denuncias ante la Inspección de Trabajo caen en saco roto porque una administración no tiene capacidad sancionadora sobre otra', se duele el delegado provincial de ACAIP, Marcelino Menéndez, que trabaja en El Acebuche como jefe de módulo. Menéndez relata la continua 'odisea' vivida en el centro cada vez que cambia el tiempo en Almería. 'En El Acebuche llueve igual dentro que fuera y el agua cae a borbotones en el pasillo central, que es el nervio del edificio. Todo esto ocurre con los tubos fluorescentes encendidos y cada vez que se inundan los pasillos, los internos tienen que quedarse sin salir de sus celdas', describe el funcionario.

El centro penitenciario acumula dos demandas en los tribunales por parte de los sindicatos. La primera, presentada por CSI-CSIF en el juzgado central de lo contencioso-administrativo en diciembre de 2001 sobre la provisión de puestos de trabajo; la segunda, firmada por ACAIP y remitida al TSJA en Granada, sobre las condiciones de higiene y salud en el trabajo. 'Tiene que pasar algo muy fuerte para que Interior reaccione', concluye Menéndez.

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