Bienvenidos
Señoras y señores que nos visitan con motivo de la Cumbre europea, tanto los que venís en misión oficial como los que queréis hacer sentir vuestra voz alternativa. Señores y señoras que seguís el suplemento Quadern de cultura catalana que EL PAÍS publica desde octubre de 1982. Os halláis, nos hallamos, en el mismo territorio cultural. Desde hace siglos, por Cataluña, han pasado un sinfín de pueblos: los íberos, los fenicios, los giregos, los romanos, los cartagineses, los moros. Siguen pasando. Ya sea para quedarse una temporada de vacaciones, en el caso del turismo, ya para buscar una vida más digna, en el caso de la inmigración.
Cataluña, desde hace muchos siglos, está abierta al mundo. De Anatolia a Cuba, sus horizontes no han dejado nunca de crecer. Y todo esto ha configurado una cultura múltiple, hija de muchos padres, y asimismo una cultura identitaria, como lo son siempre todas las culturas. El Quadern, que desde hace 20 años forma parte constitutiva de esta cultura abierta e identitaria, quiere hacer en este número un retrato de estas direcciones múltiples, a través de la literatura, el arte, la arquitectura y el teatro producidos aquí y que forman parte del patrimonio europeo.
