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Una buena comunicación médico-paciente reduce el dolor crónico hasta el 20%

Un estudio español avala la empatía y dedicación del médico como terapia analgésica

La buena comunicación entre médico y paciente tiene unos efectos sorprendentes: reduce los dolores crónicos entre el 10% y el 20%, mejora la movilidad en el 25% y alivia la ansiedad en la misma proporción. Así lo demuestra un estudio clínico realizado por los doctores Roger Ruiz, Miguel Muñoz y Luis Pérula, de la Unidad Docente de Medicina de Familia y Comunitaria de Córdoba, que ha sido publicado por la revista británica Family Practice y en breve lo será también por la norteamericana Patient Education and Counselling.

El experimento clínico se ha realizado con 110 pacientes que sufrían dolores musculoesqueléticos generalizados, que recibieron el mismo tratamiento farmacológico. De acuerdo con el resumen de Roger Ruiz, 'una combinación de analgésicos, antiinflamatorios, antidepresivos y ansiolíticos'. La única diferencia 'terapéutica' estaba en los propios facultativos. De los 20 médicos de familia que atendieron a estos enfermos, la mitad habían recibido un curso específico de técnicas de comunicación, que estaba destinado a que pudiesen aproximarse más a ellos y ofrecerles más apoyo y empatía, además de un seguimiento más cercano. 'Se trataba de que los pacientes pudiesen hablar lo suficiente, sentirse escuchados y discutir su situación', señala Ruiz..

Las personas que fueron objeto de este tipo de atención obtuvieron resultados significativamente mejores. No sólo disminuyó la intensidad del dolor, sino que se redujo el número de puntos en los que éste era especialmente intenso; la movilidad progresó en uno de cada cuatro casos, la ansiedad descendió en el 25%, y hasta el 33% de los pacientes manifestaron tener más energía.

La importancia de estos dos últimos aspectos, de índole psicológica, radica en que la mayor parte de los participantes en la investigación (de hecho, todos excepto tres) padecían fibromialgia, una enfermedad crónica muy incapacitante, de origen desconocido, que provoca gran cansancio y depresión, además de dolores constantes en los músculos, los tendones y los ligamentos, rigidez matutina y hormigueos. Esta dolencia, que afecta al 3% de la población española, es más común entre las mujeres.

'El estudio demuestra, por primera vez en España, que una comunicación de calidad con el médico, además de ampliar la satisfacción del paciente y animarle a seguir fielmente las instrucciones de su tratamiento, tiene efectos directos sobre la salud', afirma el doctor Ruiz.

'Contra la fibromialgia se están utilizando también terapias psicoanalíticas y acupuntura', aclara este médico de familia, 'pero ninguna ha surtido efecto: a los seis meses las enfermas siguen igual'.

Los autores de esta investigación parten de la idea de que ésta es una enfermedad multifactorial, que no se puede combatir desde un punto de vista único. 'Por supuesto, no pretendemos sustituir otras terapias, pero sí complementarlas con una buena comunicación, que es una herramienta insoslayable'.

La clase de atención que proponen Ruiz, Muñoz y Pérula resulta provechosa no sólo porque el enfermo se alivia y se siente mejor sin necesidad de tomar más medicamentos, sino porque hace disminuir el número de consultas. 'Para mantener este contacto con el paciente', afirma Ruiz, 'hace falta más tiempo que el que se da usualmente en atención primaria; es difícil ponerlo en práctica con cupos médicos muy saturados'.

Sin embargo, concluye este médico, no todo depende de los cupos, porque hay muchos casos en los que los facultativos disponen de tiempo suficiente para cada paciente y aun así no establecen con él una comunicación clínicamente beneficiosa.

La empatía con el doctor mejora el estado del paciente.
La empatía con el doctor mejora el estado del paciente.JONH RUSELL / AP

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