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Reportaje:

La memoria sentimental de los abuelos

Caja Madrid anima a las personas mayores de 60 años a participar en un concurso con una foto de familia anterior a 1960

María, de 76 años, lleva unos días más inquieta de lo habitual, desde que su nieta Julia le contó que la Obra Social de Caja Madrid había puesto en marcha un concurso de fotografía peculiar. 'Abuela, ¿dónde tienes esas fotos antiguas que me has enseñado tantas veces? Sí, las del abuelo y las de la comunión de mamá, y las de los tíos en la verbena', recuerda que le comentó. 'Es que los de la Caja de Ahorros van a montar una exposición con las fotos de familia más bonitas y, no sé, pensé que a lo mejor te gustaría...', añadió tratando de animarla un poco.

Julia confiaba en que el certamen devolviera a la abuela, que vive con ellos, ese brillo de antaño en los ojos. Y parece haberlo conseguido: casi a hurtadillas, María ha rescatado las fotos de la oscuridad del armario y las revisa una y otra vez con las manos temblorosas. María está indecisa: 'Si viviera Flaviano, qué sé yo', cavila, en voz baja.

'Sólo se puede presentar una foto, y algunos ancianos se sienten incapaces de elegir'
Julia confiaba en que el certamen devolviera a la abuela el brillo de antaño en los ojos

A diferencia de esta mujer, más de medio centenar de personas mayores de 60 años ha superado el pudor inicial y ha remitido ya su foto a Caja Madrid. El certamen sólo lleva dos requisitos indispensables: los participantes tienen que haber cumplido los 60 años y las fotos deben haber inmortalizado momentos anteriores a 1960. Bueno, y un escollo más que quizás pudiera parecer baladí a simple vista, pero que en la práctica no lo está siendo: 'Cada persona sólo puede presentar una foto y, sin embargo, están viniendo ancianos con más de una fotografía para que les ayudemos porque se sienten incapaces de elegir', apunta la coordinadora de Educación y Cultura de la Obra Social de Caja Madrid, Carmen Estrada Llaquet.

Julia no descarta que a su abuela María le pase eso, que no logre decidirse. La foto de la boda es curiosa ('no tengo más que un par de ellas, que antes no nos hacían ese montón de fotos de ahora ni había el vídeo ese', dice): aparece Flaviano, espigado y con el pelo repeinado, y ella, con media melena y el traje negro, que entonces se estilaba ('era tan bonito'). La foto de Justino, su hijo, con el traje de paracaidista tampoco desmerece. '¿Y esta de cuando tus tíos tenían aquella orquestilla con la que iban a las verbenas?', dice en voz alta y con tono interrogativo, aunque sabe que sólo ella tiene la respuesta final.

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Por fortuna, María dispone aún de muchos días para meditar si entra o no en el concurso, hasta el 31 de marzo, lo mismo que el resto de residentes en el territorio español que se atrevan a sumarse a esta singular iniciativa. El certamen Fotos de Familia es una celebración del hecho de que Caja Madrid cumple 300 años. 'Con motivo del tercer centenario hemos querido dirigirnos a un público al que podamos ayudar. Hemos pensado en el colectivo de la tercera edad y la iniciativa de las fotos puede servir para que se entretengan y, al tiempo, para que renueven sus ilusiones buscando y contemplando fotos del pasado', justifica Estrada.

Los promotores han recurrido a todos los canales posibles para avisar a los ancianos. 'Principalmente, hemos informado en los centros donde se reúnen los mayores y también se lo hemos comentado a las asociaciones que tratan con este segmento de la población', explica la coordinadora.

Los organizadores animan a rebuscar en los cajones de esta guisa: 'Caja Madrid te invita a sacar una vez más tu álbum, a buscar entre las fotos de familia las que te parezcan más bonitas, más expresivas o mejor logradas, las que más te emocionen o provoquen tu sonrisa'. Lo están pregonando incluso por Internet, que así fue como se enteró Julia y se lo transmitió a su abuela, que no frecuenta esos centros donde pasan el rato los ancianos y jubilados. 'A mí no me gusta estar con viejos', suele alegar, según la nieta. 'Yo prefiero a la gente joven, con su vitalidad'.

La edad de los concursantes no es el único elemento atípico de la convocatoria de fotos y recuerdos. Otra de las particularidades es que el certamen no lleva aparejado premio, salvo el de poder enorgullecerse de mostrar un retazo de la memoria en público. 'Esto no va a ser una carrera con premios al final, sino un reconocimiento a las mejores imágenes de nuestras vidas', advierten los propulsores, convencidos de que la falta de compensación económica no va a desanimar a los participantes potenciales. Será una oportunidad de ver expuestos o impresos en un libro algunos de esos recuerdos que siempre hemos considerado como nuestras joyas particulares: recuerdos de viajes, testimonios de acontecimientos, vida social, retratos de niños y familiares, resaltan. Porque Carmen Estrada y el resto de artífices de la iniciativa son de la opinión de que la historia colectiva debe prestar algo de protagonismo a la gente anónima, a las pequeñas victorias domésticas: un hijo, un viaje, una reconciliación.'Con esta convocatoria pretendemos revisar la historia, nuestra historia de cada día, a través de sus acontecimientos más domésticos; queremos recuperar lo mejor de los álbumes familiares y enriquecer con ello nuestra memoria colectiva', manifiesta.

Y qué mayor victoria, por ejemplo, que la de María sacando adelante a cuatro hijos con el marido enfermo y las pesetas escasas, como cuenta tantas veces, según su nieta Julia. El día que se decida a mandar la foto de familia tendrá que enviarla al apartado de correos 7271 de Madrid. Por mucho que le cueste, habrá de remitir una sola imagen, original o copia, siempre que, en el segundo caso, se comprometa a prestar el original para su reproducción en la exposición, si fuese seleccionado.

El tamaño de la fotografía no importa y bastará con que lleve un título, el nombre de un lugar y una fecha, 'con una aproximación máxima de cinco años'. Los organizadores recomiendan usar un sobre rígido que garantice su protección.

Un comité de selección hará una criba inicial y las fotos supervivientes tendrán garantizado ya un sitio en un libro conmemorativo del certamen. Y de entre las salvadas, un jurado, 'compuesto por destacadas personalidades del mundo del arte y la cultura', escogerá unas cuantas elegidas para montar una exposición. O sea que el bello traje negro de novia y el tupé del marido de María, si finalmente se atreve, podrían hacerse populares en La Casa Encendida, el recinto donde Caja Madrid planea montar la muestra definitiva. No ocurrirá, eso sí, hasta bien entrada la primavera.

Certamen Fotos de Familia, de la Obra Social de Caja Madrid. Hasta el 31 de marzo. Apartado de Correos 7271 de Madrid. Más información en el teléfono 900 602 001 (gratuito) o en la página web www.obrasocialcajamadrid.org.

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