_
_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Ardua recuperación

Las señales económicas con que se despide 2001 no son especialmente esperanzadoras respecto a una rápida superación del cuadro recesivo que afecta a EE UU, Japón y Alemania, y que amenaza al conjunto de la economía mundial. Por primera vez desde 1973, estas tres grandes economías registran tasas negativas o de muy escaso crecimiento, con una disminución de sus transacciones comerciales, así como de sus flujos de capital hacia las economías menos desarrolladas. Por otra parte, la OPEP acaba de anunciar un recorte de su producción para que suba el precio del petróleo, lo que tampoco es una buena noticia.

La economía española no queda al margen de ese cuadro desacelerador, como confirman los datos de crecimiento relativos al tercer trimestre conocidos hace poco. Estos datos alejan aún un poco más el objetivo del Gobierno de que la economía española crecería en 2001 un 3%. Aunque el consumo de las familias y la inversión en construcción mantienen todavía un ritmo aceptable, la inversión en bienes de equipo desciende, sin que pueda descartarse un crecimiento negativo para el conjunto de 2001. Lo mismo está sucediendo con las exportaciones, reduciéndose con ello el formidable potencial de crecimiento que representa el sector exterior en nuestro país.

Es cierto que la mayoría de las economías industrializadas -también la española- disponen hoy de una mayor capacidad de maniobra que en anteriores recesiones: las tasas de inflación son mínimas y se ha alcanzado un relativo saneamiento de las finanzas públicas. Sobre esa base, la Administración estadounidense está procediendo a impulsar la demanda interna mediante estímulos fiscales, al tiempo que la Reserva Federal facilita el saneamiento financiero de las empresas y los ciudadanos mediante significativas reducciones en el precio del dinero. El conservador Bush no ha tenido empacho en utilizar fórmulas keynesianas para intentar sacar a su país de las dificultades. Es un manejo pragmático de la política económica, alejado de dogmatismos tipo déficit cero, tan cercanos a nosotros.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Europa, sin embargo, sigue mostrándose remisa a la hora de ejercer un liderazgo capaz de evitar a sus ciudadanos males peores a los hasta ahora conocidos. La política monetaria del Banco Central Europeo sigue en exceso pendiente de una amenaza inflacionista que hoy no es la más temible. Y la mayoría de los gobiernos europeos utilizan las restricciones sobre las finanzas públicas que exige el acceso a la fase final de la Unión Económica y Monetaria, más con el objetivo de sacar buena nota que de hacer lo que está realmente en sus manos para impedir que sus ciudadanos vivan peor.

El caso de España es uno de los más representativos de esa vinculación fetichista a un guarismo, menoscabando las posibilidades de convergencia real, de aumento de la renta por habitante, de nuestra economía. Aznar ha optado por el déficit cero frente al bienestar. La insuficiencia de la inversión pública, en un periodo de caída en la inversión privada, limita las posibilidades de crecimiento económico y del empleo, haciendo más difícil el abandono del furgón de cola de las economías avanzadas en cuanto a productividad.En un entorno de bajo crecimiento económico, con tipos de interés reducidos y una deuda pública en descenso, es cuando menos una torpeza mantener escasas asignaciones a inversión pública y a investigación, fundamento de los avances en la prosperidad de cualquier país. A los gobiernos no se les evalúa por la pasividad, sino por su habilidad para manejar los medios a su alcance con el fin de garantizar un crecimiento estable y duradero. El problema no es de torpeza, sino de tozudez a la hora de defender dogmáticamente la propia opinión, en vez de mirar a la realidad.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_