Golpe de Estado frustrado en Haití contra el presidente Aristide
Tropas gubernamentales sofocan la revuelta de un grupo de policías
El Palacio Nacional de Puerto Príncipe, sede oficial del presidente haitiano, Jean Bertrand Aristide, fue atacado y ocupado por un grupo de policías armados, que fueron desalojados a tiros horas después. El cura que levantó a la paupérrima nación contra la satrapía de los Duvalier, y después contrajo nupcias con el poder y una compatriota rica, no se encontraba en el edificio. El frustrado golpe de ayer, que duró varias horas, recordó la existencia de una isla antillana sumida en la miseria, la corrupción y las farsas democráticas.
Aristide sufrió el primer cuartelazo en 1991, durante su primera presidencia, y debió partir al exilio para evitar ser pasado por las armas por la junta castrense que entonces asumió el mando. Estados Unidos invadió la isla en 1994 para devolvérselo. El pasado 28 de julio, militares sediciosos atacaron la Academia de Policía y se registraron cinco muertos y una quincena de heridos.
El asalto de la pasada madrugada causó la muerte de dos policías y dos transeúntes y fue atribuido al ex comisario de policía Guy Philippe, destituido el pasado año por el ex presidente René Preval con cargos de maquinar en su contra. Philippe se exilió en República Dominicana, el país que comparte con Haití la isla La Española, y después, en Ecuador. Estados Unidos negó el visado de entrada a los conspiradores.
La explosión de granadas y el tableteo de armas ligeras alertaron hacia las dos de la madrugada de ayer, hora local (ocho de la mañana, hora peninsular española), sobre el desarrollo del asalto a palacio. Los rebeldes, al parecer varias decenas, controlaron temporalmente el sistema de radio interno del edificio y huyeron en camionetas, disparando a discreción al verse sobrepasados por la mayor potencia de fuego de las tropas de élite gubernamentales. La asonada sigue a la crisis desencadenada tras las elecciones al Senado de mayo de 2000, barridas por el oficialismo y denunciadas como descaradamente fraudulentas por las fuerzas de la oposición.
Jean Bertrand Aristide asumió funciones en febrero, por un periodo de cinco años y sin haber solucionado el abierto enfrentamiento entre el movimiento que lo respalda, la Familia Lavalas, y Convergencia Democrática, que agrupa a 15 pequeños partidos de oposición.
Ayuda internacional
La comunidad internacional, concretamente Estados Unidos y la Unión Europea, suspendieron su ayuda económica a la isla, en torno a los 500 millones de dólares (unos 94.000 millones de pesetas), en exigencia de una revisión de los comicios. La cuantiosa ayuda desembolsada no ha conseguido que la que fuera primera república independiente de América Latina levante cabeza.
Disturbios callejeros en la ciudad costera de Petit Goave precedieron el comienzo de un asalto que sorprendió a la pareja presidencial en su residencia de extramuros, a cinco kilómetros del palacio. 'Nunca aceptaremos un golpe de Estado', gritaban los cientos de haitianos que rodearon la sede presidencial.
Los más belicosos portaban machetes y revólveres, saquearon algunas sedes de partidos de oposición y el Instituto Francés, encendieron barricadas y su iracundia hizo temer linchamientos. La turba fue movilizada por los comunicados por radio del Ejecutivo.
Radio Metropole dejó de emitir porque fue amenazada con ser convertida en una pira. La advertencia fue tomada en serio después de que el responsable de Radio Echo 2000, Brignol Lindor, un disidente, fuera asesinado el 3 de diciembre del pasado año.
'Este país no tiene remedio', opinaban técnicos extranjeros con domicilio temporal en Puerto Príncipe, la capital de Haití, ante la imposibilidad de consolidar la estabilidad política y la prosperidad económica en una república todavía cimarrona.
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