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El SPD se dispone a gobernar Berlín con los ex comunistas

La coalición roja, alternativa a la alianza con verdes y liberales

Con muy pocas resistencias internas y un mínimo de indignación de los conservadores democristianos, el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) inicia hoy una segunda semana de negociaciones con el ex comunista Partido del Socialismo Democrático (PDS) para formar un Gobierno local de coalición para la capital alemana, una vez fracasadas el martes pasado las conversaciones con liberales y verdes.

La alianza entre rojos parecía lógica desde la misma noche del pasado 21 de octubre, cuando el SPD y el PDS salieron victoriosos de las elecciones regionales, con un 29,7% y un 22,6% de los votos, respectivamente. En otra muestra de la profunda división que aún hoy, 12 años después de la caída del muro de Berlín, caracteriza a la capital alemana, los ex comunistas arrasaron sobre todo en el este de la ciudad, donde obtuvieron un 47,6% de los votos. La opción de negociar con el PDS, sin embargo, en aquel entonces fue vetada por el canciller socialdemócrata, Gerhard Schröder.

Más de un mes de infructuosas negociaciones con liberales y ecologistas sobre cómo superar la profunda crisis financiera que sacude Berlín terminaron por debilitar esta reticencia. Si bien algunos, como el ministro socialdemócrata del Interior, Otto Schily, aún se oponen a la coalición roja, Schröder ha dado mano libre al alcalde socialdemócrata, Klaus Wowereit, que desde un inicio pareció preferir a los disciplinados ex comunistas a tener que mantener un difícil equilibrio con liberales y verdes.

El PDS no ha hecho más que ganar votos desde la reunificación alemana. En uno de los 16 Estados federados alemanes, Mecklemburgo-Pomerania Occidental, ya está gobernando con los socialdemócratas. En otro, Sajonia-Anhalt, ha llegado a un acuerdo, según el cual los ex comunistas apoyarán desde fuera al Gobierno minoritario del SPD.

Encabezada por un carismático abogado, Gregor Gysi, y un ex trotskista y antiguo miembro de Los Verdes, Harald Wolf, la cúpula del PDS en Berlín ha dejado de ser sospechosa de promover un régimen totalitario o pretender el regreso del comunismo. Las facciones más radicales del PDS, sin embargo, son observadas por el servicio de espionaje interior.

El canciller alemán, Schröder (a la derecha), junto al primer ministro ruso, Putin, en Hannover.
El canciller alemán, Schröder (a la derecha), junto al primer ministro ruso, Putin, en Hannover.ASSOCIATED PRESS
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