El último recurso contra Roma
Es la última baza frente a Silvio Belusconi, pero ayer ya fue enunciado en los pasillos del Consejo de la Unión Europea. Si el primer ministro italiano sigue bloqueando la euroorden en la cumbre europea de Laeken, los otros 14 países de la Unión están dispuestos a echar mano del sistema de la cooperación reforzada.
Este mecanismo permite que aquellos países de la UE que lo deseen pongan en marcha un proyecto común aunque el resto lo rechace. Es exactamente lo que ocurre con el euro o el espacio Schengen.
El comisario de Interior, el portugués Antonio Vitorino, y el ministro español de Justicia, Ángel Acebes, fueron explícitos al respecto en su airada reacción frente a los italianos. 'Creo que se puede conseguir un compromiso en Laeken, pero no debemos descartar la posibilidad de una cooperación reforzada en este caso'. 'No podemos ser rehenes de la unanimidad', espetó Vitorino al comentar que sólo por ese sistema puede superarse el veto italiano. Y es que no hay margen para la maniobra o la negociación: 'O se toma el texto actual o se deja', advierte Bélgica, 'pero es Italia quien tiene que moverse'.
La amenaza de la cooperación reforzada en este caso ya fue esgrimida la pasada semana por el Parlamento Europeo, que aprobó una enmienda al respecto presentada precisamente como tal, como 'amenaza'.
Ahora, en cambio, se presenta como una alternativa. Pocos creen realmente que pueda materializarse. Primero, porque la propia UE perdería su credibilidad. Y, en segundo lugar, porque Italia pasaría a ser un paraíso de refugio para criminales perseguidos en el resto de la Unión.
