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La Alianza cree que Bin Laden está en la frontera con Pakistán

Fieros combates mientras Kandahar y Kunduz negocian la rendición

Los combates en los últimos reductos en poder de los talibanes se van haciendo más sangrientos, descontrolados y fieros conforme se hace patente la desintegración del régimen. Mientras se negocia la rendición tanto de Kunduz, al norte de Afganistán, como de Kandahar, miles de talibanes resisten el cerco de la Alianza del Norte, que cuenta con el apoyo de los bombarderos y los cazas norteamericanos y su lluvia de bombas.

Osama Bin Laden, según la Alianza del Norte, se esconde en un punto situado a 128 kilómetros al este de Kandahar, según la BBC. El lugar está cerca de la frontera con Pakistán.

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Los informes sobre la situación en Kunduz son más que caóticos. Ejecuciones sumarias, matanzas y asesinatos a sangre fría son el escenario escalofriante que revelan los escasos residentes que lograron abandonar la zona. El general Daud Jan, jefe de la Alianza del Norte que dirige el asalto a Kunduz, aseguró que los ataques se recrudecieron ayer, después de que fracasaran las negociaciones para rendir la ciudad. Sin embargo, desde su feudo de Mazar-i-Sharif, el general de la minoría uzbeka Abdul Rashid Dostum anunció anoche que 'la rendición está pactada, sólo a falta de los últimos detalles'.

Según Dostum, en los bombardeos de Kunduz ha caído Yuma Manangani, mano derecha de Osama Bin Laden en la expansión del integrismo islámico por Asia Central. Manangani, de 33 años y origen uzbeko, murió, afirmó Dostum, con 24 de sus hombres, todos ellos terroristas de Al Qaeda.

En Kunduz, un importante nudo de comunicaciones del norte del país, están concentrados, según los pocos residentes que han salido, más de 5.000 talibanes bien pertrechados y varias unidades de árabes, chechenos y centroasiáticos que han apoyado al régimen del mulá Omar. Al parecer, todos ellos se atrincheraron en Kunduz cuando el avance de la Alianza del Norte les cortó la retirada hacia el vecino Uzbekistán. Kunduz y sus alrededores, incluida la aldea de Janabad, se han convertido en una auténtica ratonera. Entre las condiciones impuestas para la rendición de la villa está precisamente el que sean colocados bajo custodia de la ONU todos los mercenarios extranjeros, o muyahidin, como prefiere llamarles el mulá Fazil, que es quien lleva las negociaciones de rendición. Sólo la protección de la ONU podría librar a esas unidades de una muerte segura a manos de los hombres de la Alianza del Norte.

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Según ha declarado el mulá Fazil al diario paquistaní Dawn, en estos últimos siete días de bombardeos continuados de Estados Unidos sobre Kunduz han muerto más de 1.000 civiles. Sin embargo, algunos de los residentes que han huido señalan que las mayores matanzas no son fruto de las bombas, sino de los talibanes y de los mercenarios extranjeros, que matan a cualquier sospechoso de querer huir.

Mientras, en Kandahar, el antiguo bastión talibán en el que residía su líder espiritual, el mulá Omar, las negociaciones para la rendición las llevan dos líderes pastunes partidarios de que el ex rey Zahir Shah vuelva para impulsar la formación de un amplio Gobierno de reconciliación nacional. El dirigente tribal y antiguo viceministro afgano de Exteriores Hamid Karzai es quien negocia con ellos bajo una lluvia incesante de bombas. Los bombarderos norteamericanos castigan sin tregua esta ciudad, porque, según el Pentágono, en sus inmediaciones, muy cerca ya de la frontera paquistaní, se encuentra el escondrijo secreto de Bin Laden, en un búnker excavado a decenas de metros de profundidad. 'Más tarde o más temprano, le haremos salir de su agujero', declaró el secretario de Estado de EE UU, Colin Powell.

A pesar de los esfuerzos del Gobierno paquistaní para impedir la entrada de muyahidin armados en su territorio, se estima que unos 20.000 talibanes se encuentran ya en Pakistán. El presidente Pervez Musharraf ha tratado de cerrar a cal y canto su frontera para evitar que Washington piense que ha dado asilo a los terroristas de Al Qaeda o al mismo Bin Laden. Diversos medios informativos de la zona dijeron la semana pasada que tanto el mulá Omar como Bin Laden se encontraban ya en 'territorio seguro' paquistaní, en la franja cercana a la frontera con Afganistán y ocupada por tribus afines a los afganos, en la que el Ejército y las fuerzas de seguridad paquistaníes no se aventuran.

En Islamabad, el embajador talibán, mulá Abdul Salam Zaef, confirmó que se está tratando de conseguir una rendición de las últimas bolsas de talibanes, pero insistió en que sólo se depondrán las armas ante la presencia de las Naciones Unidas. 'La ONU tiene que intervenir', declaró Zaef.

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