El polémico nombramiento de Rodríguez Ponga
El nombramiento de Estanislao Rodríguez Ponga como secretario de Estado de Hacienda ha sido recibido con una mezcla de sorpresa e indignación en sectores de la Agencia Tributaria. Rodríguez Ponga sustituyó a Enrique Giménez Reyna a mediados de septiembre pasado a resultas del escándalo de Gescartera y, como éste, ha desarrollado la mayor parte de su carrera en el sector privado. En esa etapa (entre 1989 y 2000), sus enfrentamientos con la inspección de Hacienda le ganaron fama de asesor fiscal duro e implacable. Ahora está al frente de sus enemigos de entonces.
Rodríguez Ponga -de 45 años, casado y con seis hijos- aprobó la oposición en el año 1982 y tuvo por entonces como compañera a Pilar Valiente, la ex presidenta de la CNMV. Siete años después se encargó del área internacional de la asesoría fiscal del BBV, donde permaneció durante cinco años. Ahora la Audiencia Nacional investiga si el entramado de sociedades creado en esa etapa en torno al banco Privanza, filial de la entidad vasca, gestionó patrimonios ocultos a Hacienda en paraísos fiscales.
Del BBV pasa a Caja Madrid, y después, a Repsol, la primera empresa española por beneficios. Allí ejerció como director de la asesoría fiscal hasta el año 2000. Luego dio el salto al sector público 'perdiendo dinero', como señalan varias de las personas que le conocen.
La zorra y el gallinero
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, le nombra en esa fecha director general de Tributos, después de que como presidente del Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF) criticase la política fiscal del PP. Como segundo de Enrique Giménez-Reyna, Rodríguez Ponga destituye nada más llegar a la mayoría de los subdirectores. En apenas unos meses elabora un paquete de medidas que benefician a las grandes empresas con fuertes intereses en el exterior y resuelve viejos litigios con la inspección.
Rodríguez Ponga sube un peldaño más cuando Montoro le promueve a la secretaría de Estado, lo que da lugar al comentario entre los inspectores de que 'se ha puesto a la zorra a guardar el gallinero'.
¿Por qué tanto rechazo? Durante los años en que pasó por Repsol, Rodríguez Ponga recusó, a través de un subordinado, al inspector que le tocó en suerte, con quien llegó a un enfrentamiento personal muy sonado.
El jefe de éste, Gerardo Pérez Rodilla -hoy director general de Inspección-, resolvió a su favor y, según figura en la auditoría de Repsol correspondiente al año 2000, la empresa tiene abierta inspección desde 1998 inclusive por una cuantía multimillonaria, según aseguran fuentes conocedoras de los expedientes.
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