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Los palestinos cambian el retrato de Arafat por el de Bin Laden

Los refugiados culpan al presidente de la Autoridad Palestina de la represión de las manifestaciones a favor de los talibanes

Los vientos de la ira azotan los campos de refugiados palestinos de Gaza, donde sus habitantes han empezado a descolgar de las paredes de sus casas el retrato del presidente, Yasir Arafat, y han colocado en su lugar la fotografía de Osama Bin Laden. El relevo en las preferencias de los refugiados se hizo ayer más evidente en Jan Yunes -59.000 habitantes-, donde se concentraron millares de personas para enterrar a Haitem Abu Shimale, el último estudiante muerto por los disparos de la policía palestina en la revuelta de la semana pasada, en la que también perdieron la vida otros dos muchachos y más de 200 resultaron heridos cuando se manifestaban en favor del régimen talibán de Afganistán.

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Los gritos contra Estados Unidos, a favor de Bin Laden, pero sobre todo contra el poderosísimo jefe de la Policía Civil Palestina, Ghazi Jabali, responsable de la represión de los estudiantes, acompañaron ayer al mediodía el cuerpo de Haitem por las calles de Jan Yunes, su ciudad natal. El cadáver del muchacho había llegado hacía pocas horas procedente del hospital central de Shifa, en la capital de Gaza, donde había permanecido durante una semana enchufado a un corazón artificial con la esperanza de devolverle la vida.

Los muros del polígono I del campo de refugiados habían sido tapizados con centenares de fotografías de este último mártir de la Intifada, flanqueado a derecha e izquierda con dos retratos simétricos de Bin Laden, principal sospechoso de los atentados del 11 de septiembre en EE UU y nuevo héroe de la resistencia fundamentalista islámica en el mundo. El padre de la víctima, un ingeniero agrícola que trabaja en el Ministerio de Agricultura, temeroso quizás de perder su puesto, había pedido a los organizadores del funeral que retiraran las láminas de Bin Laden, pero el ruego era ya imposible. Llegó demasiado tarde.

El torbellino de cólera palestina iba acompañado ayer por una enérgica carta de los familiares de los tres estudiantes muertos en la refriega y que en las últimas horas ha sido enviada a Arafat. La carta acusa de la matanza al jefe de la Policía Civil, Ghazi Jabali, el mismo que en 1995 fue responsable del asesinato de 13 islamistas en la mezquita Falistina de Gaza. Los familiares conceden a Arafat un plazo de dos semanas para que cumpla con sus responsabilidades como jefe de Gobierno y aplique las leyes nacionales. En caso contrario, amenazan con aplicar las leyes tribales, que les dan derecho a asesinar al jefe de las fuerzas de seguridad palestinas.

'Jabali, Jabali, paciencia como Anuar el Sadat [el presidente egipcio asesinado en 1981]: tu momento llegará', cantaban ayer doloridos por las calles de Jan Yunes los amigos y vecinos del estudiante muerto, mientras agitaban confundidas las banderas negras de Yihad Islámica, las verdes de Hamás y las amarillas de Al Fatah. Los guerrilleros de los tanzim, comandos del principal grupo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), disparaban con sus fusiles al aire.

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Se diría ayer en el sur de la franja de Gaza que Ghazi Jabali, el todopoderoso agente de la policía palestina, es ya un hombre muerto. Pero Yasir Araft se resiste a perder a este funcionario fiel y disciplinado, y a abrir con su cese una crisis de confianza entre las fuerzas de seguridad. Ha decidido mantenerlo a toda costa en su puesto. Aunque ello signifique perder su liderazgo en favor de Bin Laden.

Activistas de Hamás cargan el cadáver de Abdel Raiman Hamad, dirigente de este grupo fundamentalista, durante su funeral.
Activistas de Hamás cargan el cadáver de Abdel Raiman Hamad, dirigente de este grupo fundamentalista, durante su funeral.EPA

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