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La presidenta de Indonesia se enfrenta a la crisis económica

La nueva presidenta de Indonesia, Megawati Sukarnoputri, hija del fundador de la nación, elegirá esta semana su nuevo Gobierno con el inicial apoyo del Golkar, el partido que sostuvo al dictador Suharto durante más de 30 años, y de los grupos musulmanes que la apartaron del poder tras su victoria en las primeras elecciones democráticas del país, en 1999. Nacionalista conservadora, opuesta al federalismo y sin una gran capacidad política, Mega, de 54 años, se enfrenta a serios desafíos a pesar del apoyo interno y externo: impulsar la recuperación económica, frenar una corrupción endémica y evitar la desintegración del país, fracturado por las ansias independentistas de Aceh o Irian Jaya, los enfrentamientos religiosos en las Molucas o las rivalidades étnicas en la isla de Borneo.

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Su mandato se inició la semana pasada con el asesinato del juez del Tribunal Supremo que condenó a 18 meses de cárcel por corrupción al hijo de Suharto, en busca y captura desde hace ocho meses. Todo un aviso de la familia Suharto y su amplia red de intereses para la nueva presidenta. Su antecesor, Abdurrahman Wahid, intentó llevar a los tribunales al ex dictador y a su hijo, pero sus tímidos esfuerzos no obtuvieron ningún resultado. Sus aparentes buenas intenciones acabaron en saco roto. El propio Wahid acabó implicado en dos escándalos de corrupción y cesó al ministro de Economía (hoy uno de los principales asesores de la presidenta), Laksmana Sukardi, precisamente por combatir una epidemia históricamente arraigada en el mayor archipiélago del mundo, con cerca de 14.000 islas y más de 210 millones de personas, el 90% musulmanes.

Estabilidad interna

Sukardi ha reconocido estos días que la nueva presidenta 'deberá reducir las expectativas de la población para evitar desilusiones futuras; si consigue este objetivo, la oposición no tendrá más remedio que permanecer a su lado'. Restablecer la estabilidad interna será una de sus prioridades, dado que su nuevo vicepresidente, el líder del Partido Unido para el Desarrollo, Hamzah Haz, de 61 años, fue uno de los máximos responsables de los grupos musulmanes que evitaron su llegada al poder en 1999 por el simple hecho de ser mujer en un país mayoritariamente islámico. Asimismo, los analistas temen que Megawati, 'la hija de los cielos tormentosos', se aproxime a los militares que apoyaron la destitución de Wahid y facilite la represión en Aceh, Irian Jaya o las Molucas e impida las investigaciones sobre las masacres y la violación de los derechos humanos en Timor Oriental, dado que la actual presidenta se mostró contraria al referéndum para la independencia de la antigua colonia portuguesa.

De hecho, el propio Wahid, antes de salir para EE UU, advirtió a la población de que el mandato de Megawati abrirá el camino para la recuperación del poder por parte de los militares. 'Indonesia', proclamó, 'será saqueada; no habrá respeto por la ley ni por los derechos humanos en ninguna parte. El panorama futuro es negro'.

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