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El juicio por prevaricación contra el rector de la Rovira deriva en un acto nacionalista

La gran mayoría de quienes acompañaban a Arola lucía en la solapa el lazo granate escogido por el comité de apoyo. Mas-Colell justificó su presencia 'por el trasfondo lingüístico' de un juicio que, a su parecer, 'nunca tendría que haberse producido'. Arola y el coordinador de las pruebas de acceso a la universidad de la URV, Joan Igual, se enfrentan a una petición fiscal de ocho años de inhabilitación y una indemnización de medio millón de pesetas por daños morales a la profesora Josefina Albert. El conflicto lingüístico no es nuevo para la URV. Recientemente, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) anuló una buena parte de su reglamento de usos lingüísticos por discriminar el castellano.

El fiscal jefe del TSJC, José María Mena, censuró ayer la 'presión' que se ejerció sobre el juez. Mena considera 'positiva la participación de los ciudadanos en la justicia dando acogimiento al acusado', pero 'desafortunado y preocupante que este apoyo pueda tener caracteres objetivos y aparentes de presión sobre la administración de justicia'. Entonar 'un himno de todos como muestra de apoyo' al rector Arola es, para el fiscal, 'como una cierta presión inconveniente'.

La vista oral se realizó básicamente en catalán. Tan sólo el abogado de Arola se expresó en castellano. La juez anunció que la sentencia sería también en catalán. La defensa de Arola se centró en desacreditar a la profesora Josefina Albert, intentando demostrar que no vigilaba las pruebas de selectividad el día que ocurrieron los hechos.

En su testimonio, Arola aseguró que no se apartó de las pruebas de selectividad a la profesora Albert por haber denunciado al Defensor del Pueblo posibles irregularidades en los exámenes de junio de 1998, concretamente que se impidió entregar una copia en castellano a un alumno que se la pedía, pese a que finalmente lo hizo. Según Arola se la apartó de las pruebas por todo lo contrario, por no haber denunciado las irregularidades siguiendo los cauces establecidos para ello, impidiendo asi la actuación de la universidad.

Según la versión de Albert, un alumno le pidió una copia de examen en castellano. Siguiendo el reglamento, la profesora acudió a la presidencia del tribunal que le indicó que explicara verbalmente al alumno la pregunta, hecho lo cual, éste insistió en disponer de una copia en castellano, pero el tribunal se opuso frontalmente. 'Que se vaya acostumbrando', asegura Albert que le dijeron. Finalmente la profesora optó por hacer una fotocopia y entregársela al alumno.

El rector de la URV dijo ayer que se había enterado de las supuestas irregularidades a traves del Defensor del Pueblo en diciembre de 1998, cuando éste le solicitó informacion sobre las quejas recibidas de Albert y de otro profesor, José María Fernandez, según las cuales se pusieron trabas al reparto de exámenes en castellano. Arola reconoció que no se puso en contacto con los dos profesores para recabar informacion directamente, 'porque ya sabíamos su queja a traves del defensor'.

El momento álgido del juicio llegó a finales de la mañana cuando la defensa trató de demostrar que Albert no estuvo presente en el examen en el que supuestamente ocurrieron los hechos. Según Igual, el nombre de Albert no figura entre los vocales que el 22 de junio de 1998 vigilaron las pruebas de geología. El nombre de la profesora sí figura como vocal en las pruebas del 19 de junio, concretamente las de catalán y castellano, dos asignaturas cuyo examen no podía generar problemas dado que se tienen que realizar en el correspondiente idioma. A última hora de la tarde de ayer todavía no habían declarado ni la profesora Albert ni su colega Fernández, pero el tribunal estaba dispuesto a finalizar la vista oral.

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