Musharraf se proclama presidente de Pakistán y asume todo el poder
El general negociará la paz con India
El general Pervez Musharraf, que gobernaba de facto Pakistán tras dar un golpe de Estado incruento en octubre de 1999, se autoproclamó ayer presidente con el aparente propósito de afrontar en una posición de fuerza la cumbre con India, tradicional enemigo de su país, prevista para el próximo 14 de julio. Musharraf destituyó al hasta ahora presidente, Mohamed Rafiq Tarar, considerado una figura simbólica, y prometió convocar elecciones en octubre de 2002.
'Con toda sinceridad, creo que tengo un papel que desempeñar y un trabajo que hacer, así que no decepcionaré al país', afirmó Musharraf, que hasta ayer gobernaba Pakistán con el título de jefe ejecutivo. 'Llevaba meses pensando en este cambio. Ha sido una de las decisiones más difíciles de mi vida'.
Musharraf, de 59 años, también aprovechó la ocasión para abolir el Parlamento democráticamente elegido que él mismo declaró en suspenso en octubre de 1999, cuando encabezó un golpe de Estado y destituyó al entonces primer ministro, Nawaz Sharif. 'En lo que respecta al proceso político, no hay cambio alguno', afirmó Musharraf, vestido de civil, durante el acto de toma de posesión en el palacio presidencial de Islamabad. 'Que no haya dudas: cumpliremos la decisión del Tribunal Supremo de convocar elecciones en octubre del año 2002'.
Musharraf subrayó que conservará sus funciones de jefe ejecutivo y de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, y que no habrá marcha atrás en las reformas políticas y económicas puestas en marcha bajo su dirección. El nuevo presidente declaró que su decisión de asumir la jefatura del Estado también obedece a la necesidad de tranquilizar a los inversores extranjeros sobre la estabilidad económica de Pakistán, un país fuertemente endeudado.
Los gobiernos occidentales han presionado reiteradamente a Musharraf para que reinstaurase la democracia, aunque su Administración también ha recibido elogios en Occidente por sus esfuerzos en materia económica. EE UU condenó ayer la decisión de Musharraf a través del portavoz del Departamento de Estado, Richard Boucher: 'Estamos preocupados y decepcionados al ver que Pakistán se aleja de la democracia en vez de dar un paso hacia ella como esperábamos'. Y aseguró que no se levantarán las sanciones hasta que se establezca un gobierno 'democráticamente elegido'.
Con su nombramiento como presidente, Musharraf refuerza su posición ante la reunión que mantendrá con el primer ministro indio, Atal Behari Vajpayee, entre los próximos 14 y 16 de julio. La cumbre será el primer contacto de alto nivel entre Pakistán e India desde que Musharraf asumió el poder. El Gobierno indio reconoció ayer al nuevo presidente paquistaní y su enviado especial en Islamabad asistió a su toma de posesión.
Algunos dirigentes políticos paquistaníes habían puesto en duda la legitimidad de Musharraf para firmar acuerdos con India, cuyo Gobierno también se había mostrado reticente a negociar con alguien a quien los medios de comunicación indios se refieren como 'dictador militar'. Musharraf era el jefe del Ejército cuando las tropas de Pakistán e India protagonizaron duros combates en la zona de alto el fuego que separa ambos países en la disputada región de Cachemira. India acusó a Musharraf de ordenar a sus tropas que traspasaran la llamada 'línea de control', algo que Pakistán nunca ha reconocido. Musharraf nació en Nueva Delhi, actual capital de India, en agosto de 1943. Su reunión con el primer ministro indio, que tendrá lugar en esa ciudad, estará centrada en el fruto de Cachemira.
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