Los paquistaníes eligen a su Parlamento en los primeros comicios tras el golpe de 1999
Al menos tres personas han muerto en una jornada marcada por la escasa participación
Por primera vez desde el golpe de Estado que colocó a Pervez Musharraf en el poder, Pakistán ha celebrado hoy elecciones legislativas a las que los electores no han prestado demasiada atención. La escasa afluencia a las urnas, a las que estaban llamados 72 millones de votantes, ha sido la nota dominante de una jornada en la que se ha producido incidentes en los que han muerto al menos tres personas.
El llamamiento ayer a las urnas de Musharraf no ha causado el impacto deseado y tan sólo un 40% de los electores han ejercido su derecho al voto para elegir a la nueva Asamblea Nacional, disuelta tras el golpe de Estado de 1999.
Durante la jornada electoral han muerto al menos tres personas y cerca de dos decenas han resultado heridas en enfrentamientos librados en distintas regiones del país entre seguidores de diferentes partidos, y divididos en dos bandos, el pro gubernamental y el opositor.
Empate entre Bhuto y Nawaf
Los paquistaníes eligen la Asamblea Nacional, o Parlamento, compuesto por 342 escaños, de los que 60 están reservados a las mujeres y diez a los miembros de las minorías no musulmanas. Los votantes elegirán a los miembros de las asambleas de las provincias de Punjab, Beluchistán, Frontera Noroccidental y Sindh.
Los sondeos de opinión realizados durante los últimos días de campaña, de dudosa validez, indican que el primer puesto lo disputan el PPP y la progubernamental PLM-Q, fundada hace 18 meses a raíz de las luchas internas surgidas en la antigua PLM del depuesto ex primer ministro Nawaf Sharif. Poco después del golpe de Estado, el presidente del país, el general Pervez Musharraf prometió reconducir a Pakistán hacia la democracia y convocar elecciones en un plazo de tres años.
Musharraf reiteró la víspera de la votación, en un discurso transmitido por la televisión, que traspasará "todos los poderes ejecutivos al Primer Ministro". No obstante, Musharraf, y según establecen las reformas constitucionales que aprobó en agosto mediante decreto, continuará siendo presidente de Pakistán hasta al menos el año 2007, y tendrá el poder de disolver el Parlamento y cesar al Primer Ministro.
Además de las reformas constitucionales, Musharraf bloqueó las candidaturas de Bhuto y Nawaf, acusados de corrupción y amenazados con la cárcel si deciden pisar suelo paquistaní. Así, y en medio de acusaciones de manipulación por parte de la oposición y de la Comisión de Derechos Humanos, nadie duda de que estas elecciones sólo servirán para consagrar el régimen militar.
