Una exposición refleja la evolución de la medalla en el modernismo
La medalla es un arte poco conocido y valorado en el conjunto general de los estudios artísticos. Realizada generalmente para conmemorar un acontecimiento, un oficio, una institución o un personaje, la medalla vivió un momento de revalorización durante el modernismo consecuencia tanto de la incorporación a esta técnica de escultores conocidos como de la mejora de las técnicas de fabricación.
Para mostrar este proceso, el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) presenta una exposición de pequeño formato que podrá verse durante un año, hasta julio de 2002. La medalla modernista, que tiene como comisario a Javier Gimeno, reune un conjunto de 170 piezas de las que 160 son medallas procedentes en su mayor parte de los fondos del gabinete numismático del MNAC, aunque también hay obra procedente de otros centros o colecciones particulares.
El montaje se divide en dos grandes ejes. Por una parte, en una serie de vitrinas puede seguirse la evolución cronológica de la medalla en Barcelona desde la Exposición Universal de 1888, que supuso la renovación del arte medallístico de manos de escultores como Eusebi Arnau, hasta la otra gran exposición de 1929, ya en pleno noucentisme y en la que se aprecia el retorno al clasicismo de la mano de Enric Casanoves, Josep Clarà o Enric Bassas. Entre uno y otro periodo pueden apreciarse algunos ejemplos de medalla modernista de la mano de escultores como Josep Llimona, Miquel Blay, Pau Gargallo y Antoni Parera.
El otro gran eje tiene carácter temático y se centra en los clientes de la medalla, los métodos de fabricación y los otros centros europeos del modernismo. Entre estos últimos destaca por su belleza y buena técnica la selección de medallística francesa.
