La excepción guipuzcoana
La administración foral guipuzcoana es premeditadamente estrecha. La Diputación sólo posee una sociedad mercantil con capital íntegramente público. El diputado de Presidencia, Joaquín Villa, asegura que se ha optado por 'la austeridad, evitando la proliferación de sociedades públicas'. 'Se ha considerado oportuno', agrega Villa, 'no abusar de la diversificación de la administración institucional y realizar una gestión directa a través del Ejecutivo foral, por acción directa de sus departamentos'. La Diputación, hasta ahora, no ha hecho uso de la incorporación del sector empresarial para la ejecución de las políticas públicas mediante el procedimiento de la 'subcontratación administrativa'. Más bien, ha evitado la denominada 'fuga de la gestión pública'. Aunque tiene participación en numerosas entidades, fundaciones, industrialdeas y otros organismos, la Diputación guipuzcoana solamente cuenta con una sociedad 100% foral, IZFE (Sociedad Foral de Servicios Informáticos), creada en 1993.
El Ayuntamiento donostiarra, en cambio, tiene una administración mucho más descentralizada y controla cinco sociedades mercantiles. De éstas, la más importante es la compañía de los autobuses urbanos, con un presupuesto de 2.576 millones anuales, de los que el Ayuntamiento tiene que aportar cerca de 800 millones para cubrir el déficit que genera el transporte urbano de viajeros.