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La extrema derecha de Haider sufre una severa derrota en las municipales de Viena

Los socialdemócratas recuperan la mayoría absoluta en las elecciones municipales

También mejoraron considerablemente su posición Los Verdes (11 escaños), mientras que el conservador Partido Popular (ÖVP) apenas registró un minimo crecimiento y se quedó con 16 escaños, sin alcanzar su meta del 20% de los votos. Según la opinión de los líderes socialdemócratas y verdes, los comicios en la mayor ciudad austriaca (1.700.000 habitantes) son un fracaso para el Gobierno federal de Austria, formado hace un año por el FPÖ de Haider y el ÖVP.

'El resultado de estas elecciones refleja el enorme rechazo de la población contra la política del actual Gobierno, así como una aceptación de nuestro nuevo discurso, que apunta a fomentar una sociedad abierta a los extranjeros. Pero sobre todo se ha demostrado esta vez que la mayoría de los vieneses repudia el tipo de argumentos y el estilo xenófobo y antisemita empleado por Haider y su partido durante la campana electoral', declaró a EL PAÍS el presidente del Partido Socialdemócrata austriaco, Alfred Gusenbauer.

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Táctica antisemita

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En contra de los pronósticos, no contribuyó a aumentar los votos de la ultraderecha la táctica antisemita del populista Haider, quien se introdujo en la campaña electotal para apoyar a la candidata del FPÖ a la alcaldía, la juez jubilada Helene Partik-Pable. En sus actuaciones electorales, acompañadas como siempre de himnos patrióticos, Haider sacó a relucir sus últimas municiones burlándose repetidas veces del presidente de la comunidad judía de Viena, Ariel Muzicant, con lo que provocó tal escándalo en Austria y en la comunidad internacional que logró una vez más convertirse en el protagonista del debate.

Pero ayer, después de darse a conocer el fracaso de su partido, no acudieron al Parlamento ni él ni la presidenta del FPÖ, Susanne Riess-Passer. La secretaria general del partido, Theresia Zierler, aseguró: A pesar de los resultados 'continuaremos el rumbo que hemos iniciado en la política a nivel nacional'. Se refirió en concreto al plan de austeridad destinado a reducir a cero el déficit del Estado, a pesar de que los sondeos demuestran que esta medida les resta popularidad entre las clases menos privilegiadas.

Tampoco compareció en el acto de ayer el canciller conservador, Wolfgang Schüssel, cuya actitud más destacada durante la campana electoral fue la de callar y no hacer ningún comentario sobre el escándalo del antisemitismo, a pesar de las protestas incluso en el seno de su partido. La posición del candidato vienés del ÖVP, Bernhard Görg, fue opuesta a la de Schüssel. Mientras el canciller fue quien pactó con Haider e hizo posible hace un año el ascenso del FPÖ al Gobierno, Görg es el único líder conservador abiertamente opuesto a cualquier alianza con la ultraderecha.

Confusión en el electorado

Varios comentaristas consideran que esta doble estrategia en el mismo partido contribuyó a confundir al electorado. Según las encuestas efectuadas ayer a la salida de las urnas, la mayoría de los vieneses dieron con su voto una opinión sobre la gestión del Gobierno austriaco. Porque a falta de urgencia para resolver temas locales en una metrópolis que a nivel mundial figura entre las ciudades con mejor calidad de vida, durante la campaña adquirieron peso temas de política nacional, como la salud pública y la política de extranjería.

'Esta elección demuestra que el antisemitismo no tiene cabida en esta ciudad, y también estoy muy contento de que el Partido Liberal haya perdido tan claramente su fuerza', declaró el cabeza de lista de Los Verdes, Cristoph Chorherr.

Haider no había hecho declaración alguna anoche sobre la severa derrota sufrida por su partido. Manifestó durante la campaña que un resultado por encima del 20% sería razonable. Ante otros fracasos similares de los liberales en elecciones locales y regionales, Haider había denunciado la actitud hostil de algunos dirigentes del partido democristiano, por su escaso entusiasmo sobre la alianza de Gobierno.

El alcalde socialdemócrata de Viena, Michael Häeupl, tras votar ayer.
El alcalde socialdemócrata de Viena, Michael Häeupl, tras votar ayer.EPA

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