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EE UU

El hermano de Clinton actuó de intermediario para conseguir indultos

El escándalo deja sin líder a los demócratas y enturbia el futuro político de la ex primera dama

Lo que comenzó con las sospechas de que Clinton indultó al millonario fugitivo Marc Rich tras recibir donativos para el Partido Demócrata y la biblioteca que construye en Arkansas se ha convertido en el descubrimiento de todo un posible negocio familiar. Si Hugh Rodham es una tradicional fuente de problemas para la flamante senadora por Nueva York, Roger Clinton lo es para el ex presidente. El miércoles, Roger Clinton fue acusado de conducir embriagado y de provocar un incidente violento en Hermosa Beach (California).

Dan Burton, el republicano que preside el comité de la Cámara de Representantes que investiga el caso Rich, amplió el jueves sus pesquisas al papel de Hugh Rodham en los perdones concedidos por Clinton al traficante de drogas Carlos Vignali y al estafador internacional Almon Gleen Braswell. Burton volvió ayer a extender el radio de acción del comité. Instó por escrito a Roger Clinton, hermano del ex presidente, a que entregue al Congreso 'todos los documentos relacionados con sus gestiones ante la Casa Blanca para arrancar medidas de gracia para varios delincuentes convictos, incluidos posibles facturas y recibos'.

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Roger Clinton, un músico de medio pelaje al que su hermano también indultó el 20 de enero de una vieja condena por consumo de drogas, es sospechoso de haber sumado sus esfuerzos en las exitosas campañas para conseguirles el perdón a Vignali y Braswell. Burton quiere saber si, además, intercedió a favor de Phillip Young, condenado por delitos ecológicos en Luisiana, y Mitchell Couey Wood, condenado por tráfico de cocaína en Arkansas.

Antes de que se conocieran las pesquisas de Burton, Julia Payne, una ayudante de Clinton, había declarado que el hermano del ex presidente pidió clemencia para 10 personas, pero que ninguna de ellas fue agraciada. No es lo que se teme el comité de la Cámara de Representantes. Pero mientras se sabe que Hugh Rodham se embolsó 400.000 dólares de honorarios como abogado por su trabajo a favor de Vignali y Braswell, se desconocía ayer si Roger Clinton cobró algo. El perdón presidencial es una prerrogativa ampara por la Constitución de los EE UU.

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Catarata de escándalos

George Bush contempla esta catarata de nuevos escándalos protagonizados por su antecesor con una mezcla de alivio e inquietud. Alivio, porque le está permitiendo un aterrizaje particularmente dulce en su cargo; inquietud, porque está distrayendo la atención del Congreso y los medios sobre su agenda política. Bush se negó el jueves a comentar el escándalo de los perdones. Dijo que él tiene 'mucho trabajo que hacer' y que su Casa Blanca opta por 'seguir adelante', sin recrearse en los errores de la anterior.

Para el Partido Demócrata es, en cambio, toda una tragedia. Clinton ha perdido 15 puntos desde el pasado diciembre en las encuestas de popularidad. El ex presidente Jimmy Carter y la senadora Diane Feinstein han tenido palabras muy duras para él. Desde su retiro político, Al Gore ha hecho saber a The New York Times que está 'exasperado' por la actuación de Clinton en sus últimos días en la Casa Blanca, y ha recordado que la personalidad escandalosa del que fue su jefe le hizo 'daño' en su frustrado combate por la presidencia. Hasta sus más fieles defensores, como el estratega electoral James Carville, reconocen que las dudas sobre los perdones son 'legítimas'.

Carville añade que este ruido le está 'dificultando a Hillary caminar derecho' en su debut político en solitario. Cualquier sugerencia sobre una posible candidatura presidencial de la senadora por Nueva York es ahora tabú en las filas demócratas. La oposición a Bush se ha quedado sin líder.

Hugh Rodham, cuñado del presidente Clinton, ayer en su residencia de Florida
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