Los árboles de Sevilla
Uno de los rasgos que definen la calidad de vida y personalidad de una ciudad es la relación que tienen los ciudadanos y los poderes públicos locales con los espacios públicos, o sea nuestras calles y plazas. Sevilla ha tenido fama de ser una ciudad relativamente sensible con la vegetación presente en sus parques, jardines y calles, contribuyendo el arbolado a ser una de las señas de identidad de la ciudad, que además de un elemento ornamental constituye un alivio para los rigores climáticos propios de nuestra tierra.
La política municipal a este respecto parece marcada más por el interés cuantitativo que por el cualitativo, más por el efectismo que por el respeto a lo natural. Cierto es que existen más arboles ahora que nunca, pero se está cometiendo el tremendo error de sustituir ejemplares de gran porte y sombra por naranjos, que aunque es una especie representativa de la ciudad no pueden competir con la versatilidad y belleza de otras. Este tremendo error está provocando el cambio de fisonomía y deterioro de la personalidad y calidad de vida en algunos barrios, como es el caso de Heliópolis, cuya singularidad se debe en gran parte a la presencia de un arbolado maduro que lo convierte en un verdadero barrio verde.
Con la excusa de la suciedad provocada por la caída de las hojas en otoño, del mal estado de algunos ejemplares o de los negativos efectos de las raíces sobre las construcciones, se han talado muchos árboles en el barrio y sustituido por naranjos. Pero lo sucedido las últimas semanas nos augura un futuro aún peor: recientemente en la calle Paraguay, 9, se ha talado un cinamomo, un magnífico ejemplar de 15 metros de alto, 70 años de antigüedad y buen estado vegetativo cuyas raíces parece que estaban afectando a un cerramiento de la finca próxima. Tras esta lamentable pérdida confiábamos en que al menos se repondría con un ejemplar joven pero, aquí sí que nos han sorprendido nuestros responsables municipales, ya que el alcorque ha sido pavimentado. Esta actuación es incalificable, pero muestra a las claras que la política del Servicio de Parques y Jardines no se corresponde con las declaraciones grandilocuentes de nuestros políticos locales, y que puede ser calificada de muchas maneras, menos sensible y verdaderamente respetuosa con nuestro patrimonio natural. Poco vale un árbol para el Ayuntamiento de Sevilla; si da algún tipo de problema su sentencia ya está escrita.-
