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Fox entrega a un militar el cargo de fiscal general para combatir la corrupción en México

Juan Jesús Aznárez

El equipo encargado de conducir a México por la transición más importante desde la revolución de 1917 quedó integrado por un general al frente de la fiscalía general contra el delito, economistas liberales o de perfil empresarial, jefes castrenses reformistas en Marina y Defensa y personas hacia la izquierda en las carteras de Exteriores y Desarrollo Social. El general Rafael Macedo de la Concha, primer militar que accede a la Procuraduría General de la República (PGR), tronó durante el breve discurso de aceptación del cargo: "¡No más impunidad! ¡No más corrupción! ¡Toda conducta ilícita tendrá su castigo!"

Las promesas del presidente electo, Vicente Fox, investido este viernes, y las de su Gabinete son tan ambiciosas que su consecución cambiaría de raíz la fisonomía de esta nación de 100 millones de habitantes -el 40%, en la pobreza- y con más del 95% de los delitos impunes. Gobernado desde 1929 por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que fue derrotado por Vicente Fox y su formación, el conservador Partido Acción Nacional (PAN), en las elecciones generales del 2 de julio, México asiste esperanzado y expectante al arranque de la nueva Administración, que se ha marcado como principales metas abatir la delincuencia en la calle y en los despachos oficiales, reducir la pobreza extrema, promover el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas, el negocio familiar y acometer la revolución educativa que necesita una sociedad con futuro.Garantizar la gobernabilidad a partir de un Gobierno moderno, federalista y democrático es el objetivo declarado de un Fox arrebatado por la trascendencia de una misión de enunciado impecable e incierto desarrollo. "¡Vamos a construir una gran nación, un México exitoso, triunfador, a la altura de nuestros sueños". "¡Va por México y y sus maravillosos chiquillos y niños! (...) ¡Que Dios les bendiga!" Fox y sus hombres necesitarán de la ayuda divina, del éxito de la reforma fiscal y de acuerdos con la oposición en el Congreso, donde ningún partido cuenta con mayoría absoluta, para cumplir el sueño del 90% de sus compatriotas: salarios más altos, distribución de la riqueza más equitativa y grilletes para las partidas de forajidos que en el narcotráfico o en el presupuesto nacional, o en la banca, impidieron la prosperidad nacional. Los indígenas, 10 millones de personas, serán atendidos por una nueva oficina, dirigida por la empresaria nativa Xóchitl Gálvez.

Ignorando las formalidades del escalafón, Fox designó al general Clemente Ricardo Verga como ministro de Defensa, por delante de al menos 15 jefes de su mismo rango y mayor antigüedad, y al vicealmirante Marco Antonio Peyrot, titular de Marina. Deberá ser ascendido a almirante. El presidente electo rompió la tradición, ya que él eligió al ministro de Defensa en lugar de permitir su designación por la cúpula de las Fuerzas Armadas. El secretario particular del presidente será Alfonso Durazo, que lo fue de Luis Donaldo Colosio desde 1989 hasta 1994, en que fue asesinado cuando hacía campaña como candidato del PRI a la presidencia de México en las elecciones de ese año. El cargo de consejero de Seguridad Nacional, que intentará domeñar unos servicios de información que espiaron por libre o para el PRI, será ocupado por Adolfo Aguilar Zinser, portavoz en las elecciones de 1994 del candidato presidencial Cuauhtémoc Cárdenas, líder del Partido de la Revolución Democrática (PRD, centro-izquierda). Aguilar y Jorge Castañeda, ministro de Exteriores, fueron los asesores de Fox encargados de cultivar el voto progresista y pragmático para derrotar al PRI y de atemperar el conservadurismo de Fox.

Gobernación y seguridad

Ajena a las tareas policiales, la Secretaría de Gobernación (Interior) cultivará el desarrollo federal y municipal, la protección de la sociedad civil, el trato con las diferentes iglesias y los medios de comunicación. La dirigirá Santiago Creel, situado en el flanco liberal del PAN, del que fue portavoz parlamentario. Creel, tenido por conciliador, disputó el Gobierno de Ciudad de México el 2 de julio. Fue ganado por Manuel López Obrador, del PRD, aunque Creel sumó más votos de los previstos.La Secretaría de Seguridad Pública, estrictamente policial, quedó en manos de Alejandro Gertz, que desempeñó esa tarea con mano dura en el Gobierno saliente del Distrito Federal, del PRD. "El narcotráfico, el contrabando, el tráfico de ilegales y las organizaciones criminales que han convertido el robo de vehículos en una muestra palpable del crimen organizado habrán de ser combatidos en el ámbito de toda la federación", prometió Gertz, que asumirá competencias que ahora corresponden a Interior.

El analista Luis Hernández Navarro anticipa "un ciclo de medidas neoliberales" al escrutar el perfil de los ministros económicos, profesionales con doctorados en universidades norteamericanas y experiencia en programas de ajuste aplicados por el Banco Mundial y veteranos de Hacienda en administraciones del PRI.

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