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El voto por correo retrasará el escrutinio definitivo

Cerca del 12% de los 100 millones de estadounidenses que participaron ayer en las elecciones presidenciales y parlamentarias envió su voto por correo, y, dado lo reñido de la batalla electoral, su recuento puede retrasar en horas y tal vez en días el resultado de los comicios. Incluso en un Estado del noroeste, Oregón, que tiene siete compromisarios en el Colegio Electoral, no existen colegios electorales porque su población decidió en un referéndum hace dos años adoptar el sistema de voto por correo en las elecciones primarias y presidenciales.Según informaba ayer The Washington Post, el voto por correo tendrá en estas elecciones una influencia decisiva en el resultado final. Nunca se habían solicitado tantas peticiones a las oficinas electorales de este tipo de papeletas. Sólo en California, con 54 compromisarios en el Colegio Electoral, se han registrado 3,2 millones de peticiones de voto por correo. La diferencia horaria de los Estados del Pacífico con la costa Este (tres horas), sumada a la tabulación de este tipo de papeletas, cuya autenticidad tiene que ser contrastada con el censo, añade emoción a una elección no apta para cardiacos.

Fecha de franqueo

En Oregón, todos los votos por correo deben haber llegado a las oficinas electorales al cierre de los colegios (ocho de la tarde, hora local; cinco de la madrugada del miércoles, hora peninsular española). Sin embargo, en el vecino Estado de Washington, con 11 compromisarios en el colegio electoral y con resultado indeciso, no es reglamentario que el voto haya llegado al cierre de los colegios. El único requisito es que haya sido franqueado con fecha anterior o del mismo 7 de noviembre. En la práctica, eso significa que el recuento se puede prolongar varios días, especialmente si los resultados son, como se espera, apretados.En Florida, cuyos 25 compromisarios son clave para las aspiraciones de ambos candidatos, más de 600.000 residentes en el Estado han solicitado votar por correo, un número sustancialmente superior al de elecciones anteriores. En algunos de los Estados mencionados, el voto por correo, por su comodidad, ha servido para incrementar la participación electoral. Por ejemplo, en Oregón, los responsables del proceso esperan una participación superior al 75% del censo estatal, una cifra muy superior a la media nacional, que no se espera supere el 50%.

La pregunta es a quién beneficia el voto por correo: ¿a republicanos o a demócratas? Según el analista Robert Stein, de la Universidad de Rice, citado por The Washington Post, no existe ninguna prueba de que este sistema favorezca a uno u otro candidato, aunque un pequeño porcentaje de votantes republicanos parece preferirlo. Pero, una vez más, el misterio permanece, porque el resultado de estas elecciones depende en buena medida de los indecisos, que, hasta última hora, no se pronuncian y, cuando lo hacen, deciden depositar personalmente su papeleta en sus respectivos colegios electorales.

Los analistas señalan que no existen comparaciones con el pasado. En anteriores elecciones presidenciales, como las que enfrentaron a Ronald Reagan y Jimmy Carter en 1980 y la de 1960, ganada por sólo 117.000 votos por John Kennedy contra el entonces vicepresidente Richard Nixon, el voto por correo alcanzó porcentajes prácticamente insignificantes.

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