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La Yihad Islámica se suma a la Intifada palestina con un atentado suicida en Gaza

Un soldado israelí resultó ayer levemente herido como consecuencia de un atentado suicida perpetrado por un militante de la formación fundamentalista Yihad Islámica, quien se lanzó con una motocicleta cargada de explosivos contra un puesto del Ejército en la franja de Gaza. La Yihad Islámica se sumaba de esta manera a la nueva Intifada, aportando a ella sus métodos drásticos de lucha, y a un grupo de combatientes fanáticos, autodenominados Vanguardia Islámica, cuyo único objetivo y lema es "morir por la liberación de Palestina".

Negociaciones de Barak

La operación del comando suicida tuvo como escenario un destacamento del Ejército israelí situado al sur de la franja de Gaza, muy cerca del asentamiento judío de Kfar Darom, convertido en las últimas semanas en uno de los blancos predilectos de la violencia palestina. La operación protagonizada por este suicida palestino -Nabil el Arrir, de 24 años- pudo ser desbaratada por un centinela israelí, que al verlo avanzar decidido hacia el puesto, a bordo de su motocicleta, le dio el alto, obligándole a desviarse de su trayecto; en ese momento hizo explosión el artefacto que llevaba atado al cuadro de su vehículo. "Esta operación suicida es la primera y no será la última", aseguraba pocas horas después un comunicado de la Yihad Islámica difundido desde Beirut. En el comunicado se recalcaba también la firme decisión de esta organización extremista islámica de continuar con este tipo de ataques "hasta conseguir la liberación de Palestina y la victoria".

Nabil el Arrir, el terrorista suicida, fue enterrado ayer en su poblado natal de Chajaiya, uno de los enclaves más miserables y desamparados de la franja de Gaza. Chajaiya es un bastión, junto con la localidad cercana de Rafah, del grupo fundamentalista, la segunda fuerza islamista en Palestina, después de Hamás.

En el entierro participaron numerosos dirigentes políticos de la zona, quienes recordaron que este estudiante de teología de la Universidad de Gaza había decidido apuntarse a los comandos suicidas de la Yihad, tras la muerte del niño Mohamed al Durra, de 12 años, el pasado 30 de septiembre en Netzarim por los disparos de soldados israelíes. Antes de partir hacia la muerte, Nabil escribió a modo de testamento una canción de homenaje al pequeño Mohamed.

La operación suicida ha desatado el nerviosismo de las autoridades israelíes, que ayer acusaban al propio Yasir Arafat de haber "dado luz verde" para que la Yihad Islámica actuara en la revuelta utilizando sus propios métodos terroristas. Las acusaciones de los israelíes contra la Autoridad Nacional Palestina se basan en el hecho de que la Yihad Islámica ha sido en los últimos días invitada por el propio presidente Arafat a sentarse como observadora en las reuniones habituales del Gobierno palestino, al lado de los representantes de Hamás.

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El atentado desencadenó en Gaza un importante despliegue policial, de acuerdo con los planes de seguridad que horas antes habían diseñado para la zona los responsables del Ejército israelí y de las fuerzas de seguridad palestinas.

La franja quedó rápidamente dividida en tres partes, se erigieron controles en las principales carreteras y ambas fuerzas por separado llevaron a término un buen numero de detenciones entre militantes islamistas, en un intento de preservar el principio de diálogo esbozado en los últimos días.

Entretanto, en Tel Aviv, el primer ministro israelí, Ehud Barak, proseguía ayer sus contactos con los partidos políticos en un intento de formar un Gobierno de unidad nacional. La oferta inicial de colaboración que el jefe de Gobierno efectuó al principal partido de la oposición, el derechista Likud, fue ayer desmenuzada y debatida en una reunión de cuadros del laborismo, presidida por el propio Barak y que había sido convocada por el ministro de Justicia, Yosi Beilin, que lidera un sector de disidentes opuestos a un pacto con el líder nacionalista Ariel Sharon. El grupo encabezado por Beilin mantiene que un Gobierno de unidad con el Likud conllevaría la muerte del proceso de paz."La formación de un Gobierno de unidad nacional no quiere decir dar la espalda a los acuerdos de Oslo o de Camp David", aseguró Barak a los laboristas amotinados.

El primer ministro se comprometió ante sus propios compañeros de partido a no aceptar algunas de las exigencias y contrapartidas planteadas por Ariel Sharon para formar parte de este Gobierno y recalcó también que de ninguna manera el nuevo Ejecutivo se iba a transformar en un "Gobierno guerrero".

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