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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

De la Casa de Campo

La Casa de Campo es parque público del que disfrutamos numerosos madrileños, especialmente en verano, ya que constituye una buena alternativa para mitigar los rigores del calor (por su microclima especial). Sin embargo, desde hace ya varios años se va materializando ante nuestros ojos la transformación de la Casa de Campo en un gran centro de alterne, sin que se ponga en marcha ninguna medida efectiva para evitarlo. ¿Cómo ha sido posible llegar a esta situación?En su afán expansionista, la prostitución está empezando a adueñarse de barrios colindantes a la Casa de Campo (ejemplo, Batán), donde se pasean sin ningún rubor con los proxenetas, toman refrescos, se cambian de ropa, etcétera, a la vista de todo el mundo sin que la autoridad intervenga.

Numerosas voces, que claman a nivel local, se han levantado en contra; pero, como en otras muchas ocasiones, se echa en falta una sensibilidad generalizada para exigir soluciones (mientras a nosotros no nos salpique). En realidad, este hecho constituye un síntoma de un problema con mayor entidad que está pendiente de solución: la falta de regulación efectiva y específica para el ejercicio de la prostitución. Entre otros aspectos, debemos tener en cuenta que la falta de regulación en esta actividad favorece la explotación de las personas marginadas por parte de las redes mafiosas (ya que no tienen derechos reconocidos). Estas redes mafiosas encuentran así muchas facilidades para establecerse y construir a su alrededor nuevos focos de delincuencia (no olvidemos que todos estos delincuentes están y conviven con nosotros, están organizados y representan un peligro real para nuestras familias).

Por otro lado, la prostitución sin un control mínimo, constituye un excelente camino para la propagación de numerosas enfermedades en nuestra sociedad.

Y, por último, sin ánimo de ser exhaustivo, aunque pueda resultar frío y mercantilista, también hay que destacar que esta actividad mueve muchos miles de millones de pesetas sin tributar al fisco (dinero negro). Lo cierto es que hasta ahora sólo hemos sido testigos de vanos intentos, poco serios, de entrar en el tema por parte de nuestros representantes (si la vestimenta es adecuada o no, si la solución pasa por alejar su actividad un poco más de la población, etcétera). Así como su utilización partidista (como arma arrojadiza) entre los grupos políticos. ¿Por qué no acometer el problema en sus raíces? ¿Por qué no se persigue a los explotadores con los medios necesarios? ¿Por qué no habilitar dependencias específicas, debidamente repartidas, donde se pueda llevar un control sanitario con garantías? ¿Por qué no registrar esta actividad como cualquier otra actividad laboral para impedir la intervención de explotadores? ¿Por qué...?

En definitiva, si hemos de convivir con la prostitución, se hace necesario que cada uno de nosotros reflexione detenidamente sobre todos estos aspectos y que cada grupo representativo exponga, clara y detalladamente, su punto de vista, sin ambigüedades. Sólo así seremos capaces de avanzar en este terreno hacia una legislación sólida y consecuente con nuestros pensamientos. Ésta puede ser la oportunidad para empezar a regular y asimilar la profesión más vieja del mundo.-

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