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Las primarias revelaron que la afiliación real del PSPV es hasta un 30% inferior a la oficial

Una investigación universitaria pone de manifiesto las contradicciones del sistema

El proceso de elecciones primarias mediante el que los socialistas eligieron a sus candidatos en los últimos procesos electorales revelaron que la afiliación real del partido es muy inferior a la que consta oficialmente: hasta un 30% en el PSPV, según concluye una investigación realizada en la Universidad de Valencia. El estudio revela las contradicciones internas que puso de manifiesto el sistema de primarias, en especial por la incertidumbre y el nerviosismo que generó entre los integrantes de los aparatos del partido, celosos por mantener su poder y su control.

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Los aparatos y los agentes internos

Impacto mediático

La investigación realizada por Anselm Bodoque para el departamento de Derecho Constitucional y Ciencia Política y de la Administración de la Universidad de Valencia abarca tanto las primarias convocadas a nivel federal, en las que compitieron Joaquín Almunia y José Borrell, como las celebradas por el PSPV para elegir a su candidato autonómico y los de algunos ayuntamientos. El estudio señala que, con la introducción del sistema de elecciones primarias, el partido socialista cambió "de una manera radical" el mecanismo de selección de sus candidatos a las principales instancias representativas. Y considera que esta transformación fue producto de una serie de elementos coyunturales internos y externos. De entre los primeros, destaca los derivados del abandono de su "líder histórico", Felipe González, y los problemas surgidos en el seno del grupo dominante del PSOE a causa del liderazgo "tutelado" del entonces secretario general, Joaquín Almunia. Respecto a los externos, cita la pérdida del poder institucional y la situación traumática vivida por el PSOE desde el comienzo de la década de los noventa y, en especial, tras la pérdida del poder.De cualquier forma, el sistema de primarias fue también una forma de escapatoria: agotado su programa de los años de la transición y sin capacidad para plantaer nuevas propuestas, los socialistas, que apenas habían modificado su organización generacional y política y que tampoco habían modificado las estructuras de "poder coercitivo" de los aparatos, ni los elementos "ademocráticos" de la cultura interna del partido, vieron en el sistema de elecciones primarias una vía de escape. Eran también, las primarias, una forma de hacer frente al progresivo distanciamiento de los electores.

Concentración de voto

Y, en efecto, según el estudio, las elecciones primarias de los socialistas, tanto en el plano federal como a nivel de País Valenciano, tuvieron una repercusión positiva en la opinión pública, movilizaron a la militancia y propiciaron la competencia entre dirigentes, aunque crearon "nerviosismo en los aparatos por la incertidumbre que se generaba con este tipo de elección". Estos elementos críticos fueron especialmente evidentes en las primarias federales, en las que se enfrentaron Borrell y Almunia, que generaron una campaña de gran impacto mediático y social, además de las lógicas tensiones entre los contendientes y de una considerable movilización de los afiliados, con una "presencia de militantes extraños a las redes de poder de los aparatos". Todo ello acabó decidiendo las elecciones a favor del candidato que había hecho "una campaña más dinámica y emotiva, Borrell".Por contra, Bodoque estima que las primarias valencianas tuvieron un impacto menor, aunque señala que generaron "tensiones añadidas en una coalición gobernante que pretendía formalmente renovar la organización, contaba con una oposición interna muy potente y no conseguía sacar al PSPV de una dinámica de enfrentamiento y fragmentación internos". Otro elemento diferenciador que resalta el estudio es que en las primarias autonómicas concurrieron tres candidatos, "sin que ninguno de ellos obtuviera un 50% de los votos ni una diferencia suficientemente clara sobre los demás". Y remarca que el candidato que más votos consiguió, Joan Romero, sumó poco más de un tercio de los sufragios.

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Además, en las primarias valencianas no exististió el "voto de ilusión" que se pudo percibir en las federales, de manera que los resultados obedecieron más a la "dinámica de las estructuras del poder territorial de los diferentes aparatos del PSPV" y reprodujeron "de manera bastante precisa", la influencia de cada familia.

El proceso de elecciones primarias puso de manifiesto, según la investigación, que "la militancia real del PSPV es entre un 20% y un 30% inferior a la oficial" y que las agrupaciones muy grandes, "sobre todo la de Valencia", tienen una sobredimensión relativa de alrededor del 20% en detrimento de las pequeñas. El estudio revela también el alto nivel de concentración del voto en las agrupaciones: el 57% de las mismas otorgó más del 70% de los votos a un candidato en las primarias federales, mientras que la cifra baja al 51% en las autonómicas, pese a que en éstas compitieron tres candidatos.Bodoque estima que las primarias pueden constituir un mecanismo democratizador de los partidos, porque igualan la opinión de todos los afiliados, debilitan la influencia de los aparatos clientelares, transfieren el poder decisorio desde la dirección a la militancia, incrementan la responsabilidad de los candidatos y aumentan la transparencia. Pero puntualiza que, sin otras medidas que garanticen la participación, las primarias, por si solas, pueden hacer poco por la democratización los partidos. "La democracia interna de los partidos no puede aumentar si no se incrementa la afiliación", concluye.

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