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Reportaje:

El Almonte madrileño

F. Javier Barroso

Arropada por más de 400.000 fervientes devotos, la Virgen del Rocío llegó ayer al Cerro de los Ángeles. Como marca la tradición, miles de rocieros acompañaron en un ambiente de sevillanas y manzanilla a la Blanca Paloma. Todo sucedió en Getafe (144.000 habitantes), en la que se considera la segunda romería más multitudinaria de España.La tradición de sacar en romería a la Virgen del Rocío se remonta a 15 años atrás, cuando un grupo de emigrantes andaluces decidió recuperar este rito, que combina la religiosidad con el ambiente festivo. Desde entonces el número de seguidores ha ido en aumento. Poca cosa parece ahora ese medio centenar de personas que salieron en 1985 al Cerro de los Ángeles. Ahora, la cifra se ha multiplicado de forma exponencial. Un millar de caballos y las carretas de 80 hermandades formaron el largo cortejo rociero, que se prolongó más de un kilómetro. "Cuando empezamos, mucha gente nos tomó por locos. Sin embargo, los habitantes de Madrid y de sus alrededores han demostrado que creen fervientemente en la Blanca Paloma. Cada vez somos más", explicó Francisco Gil, uno de los promotores de la romería.

Los organizadores de la cita apostaron por la tradición sevillana, que consiste en que dos bueyes marrón oscuro tiren del carro que porta la imagen. En el municipio onubense de Almonte, es costumbre que lo hagan dos mulos. "Lo que nos da mucha pena es no poder hacer lo que se conoce como las candelas, una tradición en Huelva. Consiste en encender hogueras durante la noche. Es el momento en que los romeros se lo pasan mejor, se crea un ambiente muy sano porque se puede bailar y cantar a la luz de la lumbre", explicó Gil. En Getafe se ha eliminado esta parte de la romería para evitar riesgos de que se incendie el Cerro de los Ángeles.

Los actos por la Virgen onubense se prolongarán durante el fin de semana. Ayer, tras llegar al mediodía al cerro, se celebró el bautizo rociero de los más jóvenes. Consiste en presentar a los niños para que reciban su bendición. La parte más emotiva llega en la madrugada con la tradicional loa, durante la cual los hombres que han llevado en hombros la imagen de la Virgen por cada una de las asociaciones y sus romeros le cantan y rezan alguna plegaria. Después, el coro Del Quema, de la Casa de Andalucía de Getafe, le canta la salve rociera. "En esos momentos se le pone a uno la carne de gallina. La gente se emociona y muchos romeros no paran de llorar. Hay que tener en cuenta que es uno de los momentos cumbre de esta celebración", señala el presidente de la Casa de Andalucía en Getafe, Luis Grisolía.

Una gran misa rociera al mediodía oficiada por el vicario del Obispado de Getafe y una comida de hermandad pondrán fin al que se ha convertido en el Almonte madrileño.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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