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El Museo de Bellas Artes ofrece la visión de San Pedro penitente por grandes maestros del XVII

El Museo de Bellas Artes de Bilbao ha reunido alrededor de San Pedro en lágrimas, de Murillo, recién incorporada a sus colecciones, otras nueve pinturas con la misma iconografía realizada por maestros españoles del Siglo de Oro. La exposición muestra el arrepentimiento de san Pedro, un tema impulsado en toda Europa por la Contrarreforma, a través de obras del Greco, Ribera, Velázquez, Morales, Zurbarán, Collantes y Pereda. La pintura de Murillo ha sido entregada por el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) como pago a la Diputación de Vizcaya de parte de sus impuestos.

San Pedro en lágrimas, un óleo pintado por Murillo a mediados del siglo XVII, ha sido aportada al museo bilbaíno por el BBVA mediante el procedimiento de dación (pago de impuestos en especie). La pintura, en un buen estado de conservación, se encontraba en manos de un propietario privado. "La obra perteneció en su día a un coleccionista bilbaíno", recordó ayer el director del museo, Miguel Zugaza. "Es, en este sentido, una recuperación patrimonial". Hasta ahora la presencia de Murillo en la colección de la escuela española del museo bilbaíno estaba limitada a la pintura San Lesmes (1655). San Pedro en lágrimas pertenece a una etapa temprana del autor sevillano, en la que trabajaba bajo la influencia de Ribera, patente en el naturalismo de la figura y en la iluminación tenebrista.

La dirección del museo encargó al catedrático Alfonso E. Pérez Sánchez el montaje de una exposición de pintura española del Siglo de Oro con la misma iconografía que la plasmada por Murillo, para acompañar su presentación pública, una vez acabado el proceso de restauración. El tema de las lágrimas de San Pedro recoge el episodio evangélico de la negación de Cristo, por tres veces, que hizo el apóstol.

Tema de la Contrarreforma

"La confusión, el dolor y el arrepentimiento de San Pedro no fue un tema sólo español, sino de la Contrarreforma" , explicó ayer Pérez Sánchez. La doctrina del Concilio de Trento en defensa del arrepentimiento y la penitencia frente al valor único de la fe del que hacía bandera el pensamiento protestante hizo que la iconografía del sufrimiento de San Pedro se extendiera por toda Europa en el último tercio del siglo XVI y en el XVII. El santo humanizado y cercano a los fieles respalda la importancia del sacramento de la confesión, al mostrar de forma ejemplar que incluso la negación de Cristo es perdonada si el pecador se arrepiente.

El San Pedro penitente del Siglo de Oro español repite la representación de un hombre maduro y corpulento, ataviado con una túnica azul verdoso y manto ocre. Aparece, generalmente, con las llaves y acompañado de un gallo. A partir de este modelo básico los pintores seleccionados para la exposición individualizaron las composiciones. Así, la obra más antigua, realizada por Luis de Morales en 1570, y la firmada por Zurbarán siete décadas más tarde, eligen enfrentar al santo con la figura de Cristo flagelado, a pesar de que ambos episodios no ocurrieron de forma simultánea, según los Evangelios. El Greco optó por situar la figura de San Pedro en una cueva y representar al fondo el sepulcro de Cristo y a María Magdalena. En los tres lienzos de Ribera incluidos en la exposición y en las obras de Velázquez, Collantes y Murillo la composición destaca por su fuerza dramática.

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La exposición Las lágrimas de San Pedro en la pintura española del Siglo de Oro, inaugurada ayer, estará abierta al público hasta el 30 de julio. En opinión de su comisario, la selección de obras que muestran el contexto de la obra Murillo es "un modelo de pequeño conjunto en torno a obras maestras, que resulta sugestivo y de alta calidad".

El catálogo editado con motivo de la exposición incluye junto a un escrito del comisario un estudio realizado por la conservadora del Museo de Bellas Artes, Ana Sánchez-Lassa, sobre la técnica de Murillo.

La Hacienda de Vizcaya y el BBVA han empleado el sistema de dación otras tres ocasiones desde 1997 para comprar obras destinadas a los fondos del Museo de Bellas Artes. Los dos lienzos Vista de El Arenal de Bilbao (1783-1784), de Luis Paret y Alcázar, abrieron la utilización de esta forma de pago de impuestos. Posteriormente, se compraron por esta vía un bodegón de Juan de Arellano y la escultura en hierro Femme dite Les Trois Plis, de Julio González. La Diputación vizcaína utilizará también la dación para que la BBK compre una escultura de Vicente Larrea, que se colocará a la entrada del Palacio Euskalduna.

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