_
_
_
_
_

El humor es un asunto muy serio

No son tan graciosos como parecen. Aunque lo parecen. Sus monólogos son sobre cosas que nos pasan a todos, son ocurrentes e ingeniosos y hacen reír al público. Sus interpretaciones son convincentes y sobre las tablas les hacen parecer naturales, como el amigo chistoso que te cuenta una anécdota divertida. Son los seis participantes en la semifinal del concurso para cómicos aficionados que el programa de televisión El club de la comedia, de Canal +, celebró anoche en Sevilla. Tras esa aparente imagen divertida se esconde mucha creatividad, muchas ilusiones y, sobre todo, un trabajo tomado muy en serio. Juan Seller -Juanito Resaca de nombre artístico- reivindica precisamente eso, que la gente tome más en serio el trabajo de los humoristas, que sus sudores les cuesta. Juan es de Badajoz, tiene 24 años y acaba de dar una clase magistral, y muy divertida, sobre los diferentes tipos de saludo. Sus aspiraciones, como las de la mayoría de participantes, son modestas. "Quiero gustar, trabajar y obtener respeto para el humor. Ganar no me importa tanto", dice.

La de los textos es una de las labores más duras que afrontan los concursantes. Los monólogos que interpretan esta noche son los que mandaron a Globomedia, la productora que elabora el programa, cuando vieron el anuncio del certamen. Esos escritos son originales suyos. Y algo tan lógico es, en este caso, una excepción. ¿Sabían que todos los actores y humoristas profesionales que han pasado por el programa interpretaban textos escritos por los guionistas del mismo? Pues eso. Doble mérito y doble dificultad para estos amateurs que se lo guisan y se lo comen solitos.

La mayoría tienen experiencia sobre las tablas. Y mucha. Lola Marmolejo es actriz de toda la vida. Tenía la corazonada, cuando escribió a Madrid, que la elegirían y ahora no se cambiaría por nadie. "Esto ya es un triunfo", dice mientras disfruta del buen ambiente que, según todos, crea a su alrededor el equipo humano de Globomedia.

Como Lola, la canaria Marta González o el sevillano José Antonio Aguilar saben bien de qué va el negocio, qué tipo de espectáculo ofrece el programa, aunque, en el caso de éste último, ni siquiera esté abonado al canal de pago.

El programa grabado anoche se emitirá la próxima semana, junto a las otras semifinales de Santiago de Compostela, Barcelona, Valencia y Madrid. Los seis elegidos se disputarán en la final un contrato para participar en el programa durante un año.

Los que ayer actuaban en Sevilla tenían un hada madrina especial: Paz Padilla. Paz, que también salió de un programa de nuevos valores, entendía a la perfección sus miedos y sus ilusiones. Y deseaba que alguno tenga su suerte.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_