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El fotógrafo Javier Berasaluce presenta sus obras sobre el tiempo y el espacio

Las composiciones de Javier Berasaluce (Madrid, 1957) remiten siempre al paso del tiempo, acompañado por la fragilidad de las distancias espaciales que transmite la imagen fotográfica. Hasta el próximo 24 de marzo, la sala de exposiciones del Archivo del Territorio Histórico de Álava presenta en Vitoria una muestra de fotografías preparada durante el último año alrededor de referencias al paso de las estaciones, al juego con los signos, junto a una curiosa composición de autorretratos.

Javier Berasaluce es un defensor de la honestidad en el trabajo artístico. Hijo de un fotógrafo aficionado, desde muy joven se familiarizó con esta captura de instantes de realidad, relación íntima no sólo con el objetivo, sino también con el laboratorio, ya que las imágenes expuestas en Vitoria son producto de su propio trabajo, en alguna ocasión con una antigüedad de más de cinco años. La carrera expositiva del fotógrafo madrileño, afincado en Vitoria, comenzó en 1986 con una muestra en Deba, aunque ha sido en estos dos últimos años cuando ha comenzado a exponer fuera del País Vasco. Berasaluce compagina su labor en el Archivo Municipal de Vitoria con una dedicación intensa a la fotografía que no le supone carga alguna: "Es más, uno de los momentos más interesantes es la preparación de la exposición, cuando comienzo a diseñar las composiciones a partir de los cientos de imágenes que he ido tomando en los últimos años", comenta el autor.

Así se percibe desde el primer conjunto de fotografías, titulado Proyecto de antitiempo, en el que se compagina una imagen del cementerio de Les Romanches, donde fueron enterrados los 10.000 muertos en la primera jornada del desembarco de Normandía, con el juego de las cruces de una barandilla frente a un horizonte marino. Junto a ellas figuran una serie de fotografías tomadas en Vitoria del paso de un peatón y un ciclista por una carretera, imágenes que están colocadas en sentido temporalmente inverso.

Este juego con los distintos momentos se mantiene en la serie Cierta sensación, tomada entre 1993 y 1995 en una piscina familiar. A partir de 500 imágenes, Javier Berasaluce ha concluido una composición de nueve fotografías en las que se percibe el gusto por la indeterminación temporal compaginado con un interés por el equilibrio formal.

(Des)conocido es el título de la siguiente serie. Surge a partir de una imagen tomada en la localidad francesa de Rouen. Son distintas versiones de la misma imagen, la de un joven asomado a la ventana de su casa en una hora en la que las sombras comienzan a dominar las formas. Ése es el tema que recorre la cuarta composición, Inquietante certidumbre de ser sombras, que da paso a la última, dedicada al autorretrato, titulado Contracción-expansión y que ofrece el placer que Berasaluce encuentra en el juego con las distancias espaciales.

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