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España padece más problemas de disciplina que de violencia

En España no puede hablarse de violencia escolar como fenómeno generalizado, sino de episodios aislados de violencia en colegios e institutos, sobre todo en centros de integración o ubicados en barrios marginales. En cualquier caso, los expertos coinciden en que no se debe bajar la guardia. La indisciplina, de la que se quejan con insistencia los profesores de secundaria y bachillerato, ya se ha convertido en uno de los principales problemas de la secundaria.También hay que tener en cuenta que, si bien se conocen pocos casos de violencia en centros escolares -ninguno de asesinato, violación o agresión con armas de fuego como los registrados en Estados Unidos-, eso no siempre significa que las agresiones graves no existan, ya que puede ser que no se denuncien. La duda nace de que se cuenta con pocos datos objetivos.

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El informe más ambicioso hasta el momento es el que entregó el defensor del Pueblo, Fernando Álvarez de Miranda, al Congreso de los Diputados hace dos meses. Este estudio concluye que el 4,1% de los alumnos (sobre una encuesta de 3.000, todos ellos de secundaria obligatoria) afirma haber sufrido alguna vez una agresión física.

Agresiones verbales

Las respuestas de los alumnos a la encuesta confirmaban que la agresividad en las aulas españolas es distinta a la de los países de su entorno. En torno al 30% aseguraba haber sufrido algún tipo de agresión verbal (insultos, motes, hablar mal de ellos); pero el porcentaje de los que han sido víctimas de violencia física es muy inferior: el 6,4% ha padecido robos, el 1,7% acoso sexual y el 0,6% amenazas con armas.

La violencia escolar española, según reflejan diferentes estudios parciales, se caracteriza por una agresividad mayor entre chicos que entre chicas, por dirigirse más contra las profesoras que contra sus compañeros, y por reproducirse entre alumnos de cualquier capa social. Las víctimas, tanto si son profesores como alumnos, tienden a ocultarlo, y los estudiantes prefieren confesar que han sido agredidos a un compañero que a sus padres o profesores.

Otro punto de acuerdo entre los expertos es que la violencia escolar reproduce las conductas del entorno del centro y de la sociedad en general. En este sentido, preocupa que los colegios e institutos españoles no sepan integrar a la población inmigrante, cuya presencia será cada vez mayor en los centros. De cómo se integren dependerá que los alumnos aprendan a convivir y se enriquezcan del intercambio cultural, o que, por el contrario, se fomente la aparición de guetos

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