ETA mata a un militar con un coche bomba en Madrid
El primer atentado tras casi 19 meses acaba con la vida del teniente coronel Pedro Antonio Blanco
Tras dos intentos fallidos, ETA consumó ayer en Madrid su amenaza de romper la tregua, tal como anunciara el pasado 28 de noviembre. Las Fuerzas de Seguridad, que por dos veces frustraron sus planes en diciembre y enero, no pudieron evitar que un coche bomba segara la vida del teniente coronel Pedro Antonio Blanco García, de 47 años, casado y con dos hijos, una joven de 16 años y un niño de 11.El atentado se produjo a las 8.08, cuando el militar estaba esperando al coche oficial que cada día le recogía a él y a su inmediato superior, un general de brigada, para llevarles a la oficina, en la Dirección de Asuntos Económicos del Cuartel General del Ejército. La fuerte explosión causó heridas leves a una adolescente de 13 años y produjo desperfectos en las viviendas circundantes.
El escenario del primer crimen de ETA desde hace casi 19 meses -cuando asesinó al concejal del PP en Rentería Manuel Zamarreño, el 25 de junio de 1998- fue un barrio de vecindario tradicionalmente militar, la Avenida Virgen del Puerto, que el terrorismo ya ha golpeado en repetidas ocasiones.
Según fuentes policiales, la bomba, compuesta por 20 kilos de dinamita y colocada en un Renault Clio rojo, fue activada por los terroristas antes de darse a la fuga en un coche del mismo modelo, pero color blanco, que explotó 45 minutos después, sin causar daños personales, a unos 500 metros de distancia. En al confusión posterior, un policía mató de un disparo a un supuesto atracador que merodeaba por las inmediaciones y que huyó al tratar de identificarlo.
'Comando Madrid'
El coche bomba había sido sustraido en el barrio madrileño de Hortaleza el pasado 4 de enero, mientras que el utilizado por los terroristas en su fuga, que destruyeron también para borrar huellas, fue robado en Chamartín, al norte de la capital, el 15 de noviembre, dos semanas antes del anuncio de ruptura de la tregua. Estos datos confirman, según los expertos, que ETA dispone de un comando estable en Madrid, al que atribuyen el atentado.
El director de la Policía, Juan Cotino, aventuró ayer que entre los autores del crimen podría estar alguno de los etarras cuyas fotos fueron distribuidas el 21 de diciembre: Julia Moreno Macuso, Javier Abaunza Martínez, Juan Antonio Olarra Guridi y Ainhoa Múgica Goñi. ETA no atentaba en Madrid desde febrero de 1997 -cuando mató al magistrado del Supremo Rafael Martínez Emperador- pero, pese al descubrimiento de varios pisos francos, su infraestructura nunca ha sido desmantelada.
ETA ya intentó llevar la muerte a la capital el pasado 20 de diciembre. Sin embargo, entonces no utilizó al comando Madrid, sino que envió dos furgonetas con 1.700 kilos de explosivos que la Guardia Civil interceptó cerca de Calatayud (Zaragoza). El segundo atentado fallido se produjo el 3 de enero, cuando la policía detuvo en Basauri a dos miembros del comando Vizcaya.
El asesinato del teniente coronel Blanco produjo ayer una conmoción nacional. Las declaraciones de condena y los llamamientos a la movilización se multiplicaron desde todos los estamentos sociales y políticos.
Varios miles de personas se congregaron en silencio por la tarde en la Puerta del Sol de Madrid, donde se ha convocado una gran manifestación mañana al mediodía, mientras la Conferencia de Rectores llamaba a un paro de cinco minutos en las universidades el próximo miércoles.
La campaña electoral, que había entrado en plena ebullición, pese a no haber empezado oficialmente, quedó bruscamente interrumpida. El secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, suspendió su gira por Andalucía y el presidente del Gobierno, José María Aznar, su viaje a Canarias.
En el País Vasco, el atentado produjo inmediatas consecuencias políticas. El lehendakari, Juan José Ibarretxe, tras reunir con urgencia a su gabinete, leyó una declaración institucional en la que "deja en suspenso" el acuerdo parlamentario con Euskal Herritarrok, que sostiene al Gobierno de coalición entre PNV y Eusko Alkartasuna. Ibarretxe, que no admitió preguntas, emplazó a EH a realizar una "manifestación de desmarque y desaprobación de esta acción de ETA" para mantener el pacto.
Respuesta de EH
La respuesta al emplazamiento del lehendakari llegó poco después con un comunicado en el que EH "lamenta" el asesinato y asegura que "la responsabilidad directa de los hechos acaecidos corresponde a sus autores". Agrega, no obstante, que todos los partidos son responsables de no haberlos evitado y, en especial, los "que se niegan a reconocer la naturaleza política del conflicto", en alusión al PP y al PSOE.
EH evitó apoyar las resoluciones de condena aprobadas por numerosas instituciones vascas, pero se sumó en cambio a las concentraciones convocadas por el lehendakari ante los ayuntamientos de las tres capitales, que tuvieron un eco multitudinario.
Al cierre de esta edición, Ibarretxe no había aclarado si las declaraciones de EH bastaban para mantener su colaboración. Quien consideró insuficiente la mera suspensión del acuerdo parlamentario fue el Gobierno, cuyo portavoz, Josep Piqué, exigió al nacionalismo moderado la ruptura de su alizanza con EH y la recuperación de la unidad entre las fuerzas democráticas. Piqué pidió a Ibarretxe que diga claramente que "no hay nada que hacer, discutir o negociar" con quienes no condenan la violencia. Aznar, en un mensaje transmitido por televisión, también reclamó al PNV, sin mencionarlo, "que se abandonen coartadas y se recupere la dignidad política y la sensibilidad moral".
Almunia, por su parte, admitió que, "desgraciadamente", la unidad de las fuerzas democráticas no ha sido lo bastante "fuerte e intensa" en las últimas semanas, por lo que pidió que Ibarretxe convoque la Mesa de Ajuria Enea y Aznar, el Pacto de Madrid.
Tanto Aznar como Almunia acudieron por la tarde a la capilla ardiente del teniente coronel, en el Cuartel General del Ejército. El Rey remitió un telegrama expresando su "más profundo pesar" por el "brutal y cobarde asesinato". El nuevo obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte, manifestó su "más neta y enérgica reprobación moral".
Entre otros muchos mandatarios de todo el mundo, el presidente de EEUU, Bill Clinton; el jefe del Estado francés, Jacques Chirac, y los primeros ministros del Reino Unido, Tony Blair; Alemania, Gerhard Schröder, y Portugal, António Guterres, transmitieron su pesar y solidaridad.
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