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Un guardia civil, juzgado en Lleida por disparar contra un contrabandista de tabaco

Juan Carlos del Monte, un contrabandista de tabaco que resultó herido de bala en 1995 por los disparos de un guardia civil en la frontera con Andorra, aseguró ayer en el juicio celebrado en la Audiencia de Lleida que la intención del agente era matarle. Por eso, su abogado solicitó para Carlos S. P., el presunto autor de los disparos, ocho años de prisión por homicidio frustrado. El fiscal calificó el hecho como imprudencia con resultado de lesiones y pidió seis meses de arresto y cuatro años de inhabilitación.

En la misma vista se juzgó también como encubridor al guardia civil José Manuel M. V., la persona que el día de los hechos conducía el vehículo policial en el que viajaba Carlos S. P. El fiscal solicitó para José Manuel M. V. seis años de inhabilitación, y la acusación particular, seis meses de prisión. Los dos guardias ocultaron el tiroteo a sus superiores por miedo a las consecuencias disciplinarias de su acción, y por ello no lo hicieron constar en el parte de incidencias del servicio.Los hechos juzgados ayer se produjeron al anochecer del día 9 de enero de 1995 en la pista forestal de la Rabassa, situada en la zona fronteriza de España con Andorra. La patrulla policial de la Guardia Civil formada por los dos acusados interceptó un vehículo sospechoso que circulaba sin luces, y decidieron seguirlo ante la sospecha de que se trataba de un coche que transportaba tabaco de contrabando, pero sus ocupantes, en vez de detenerse, dieron la vuelta y emprendieron la huida en dirección a Andorra.

Era de noche y en la pista había medio metro de nieve. Los guardias civiles persiguieron a los supuestos contrabandistas durante más de cuatro kilómetros y, antes de que el coche de los supuestos contrabandistas cruzara la línea fronteriza y se perdiera en Andorra, Carlos S. P. efectuó cuatro disparos contra la parte trasera del coche. Una de las balas atravesó la cabeza de Juan Carlos del Monte, de 26 años y vecino de Ripollet. "Siempre tuve claro que me quería matar", declaró ayer el herido. Las lesiones que sufrió tardaron un mes en curar y durante seis meses el supuesto contrabandista precisó tratamiento psiquiátrico.

Disparos con un revólver

Carlos S. P. explicó que durante la persecución disparó a las ruedas del vehículo de los contrabandistas desde más de 30 metros para conseguir atraparles antes de que se adentraran en territorio andorrano. El acusado reconoció que aquel día no llevaba el arma reglamentaria, sino un revólver del calibre 44 que no se permite utilizar estando de servicio. Las cuatro balas impactaron en la luneta del portón trasero del vehículo todoterreno, lo cual resulta contradictorio con la explicación del agente.

Aquélla fue la primera vez que un contrabandista de tabaco resultaba herido en un tiroteo con la Guardia Civil en las proximidades de Andorra. Las actividades de los contrabandistas fueron en aumento, hasta el punto de que la Guardia Civil mantuvo desde finales de 1997 hasta hace poco un férreo sistema de impermeabilización de la frontera que ha acabado con las peligrosas actividades de los contrabandistas.

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