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"Mata, que Dios perdona"

En la comunidad de Las Mercedes, a una hora en panga (lancha) de Quibdó (capital del Chocó), río abajo, hay una pintada en la escuela: "Mata que Dios perdona". Los paramilitares firman el lema destinado a ser semilla, y, en la selva tropical, toda semilla crece.Justo enfrente de Las Mercedes, en la boca del río Neguá, rajaron y mataron hace unos días a Carlos Mario Bejarano, de 32 años, y a su hermano, Erinson, de 27 años. Delito: ser campesinos en un río tachado de guerrillero. Bajando el río Atrato, se encuentra el cuerpo de uno de ellos. Está amarrado en la ribera derecha, con el tronco hinchado y la cara deformada por los buitres. Está a 150 metros de Palo Blanco. Nadie se acerca a recoger el cadáver por miedo a ser tachados de guerrilleros. "Los paras matan con la máxima crueldad y no dejan enterrar a sus víctimas. Saben que en esta zona se cree que si no le dan un buen entierro a los muertos, éstos se convierten en enemigos", explica un experto antropólogo.

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Civiles desarmados en guerra contra la guerra
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