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OTRAS REGIONES

Dispersión e inercia, motivos principales de la jornada única

Además de Andalucía y Canarias, las otras ocho comunidades que tienen colegios con jornada continua son Asturias (65), Castilla-La Mancha (7), Castilla y León (9), Baleares (187), Extremadura (58), Galicia (513), Madrid (34) y Murcia (15). Ningún colegio público de las comunidades de Aragón, Cantabria, Cataluña, La Rioja, Navarra, País Vasco o Valencia cuenta con jornada continua. Es difícil encontrar un centro privado en estas comunidades donde las clases terminen a la hora de comer.

El motivo que más se repite a la hora de implantar la jornada continua es la dispersión de las viviendas de los escolares en zonas rurales, que obliga a depender del transporte escolar para asistir a clase en núcleos más poblados.

Otra causa frecuente es el ritmo de vida de las ciudadades pequeñas, donde, en general, ni el horario de trabajo es tan intenso, ni las distancias tan grandes que impidan a los padres hacerse cargo de sus hijos por la tarde.

Un ejemplo ilustrativo de dispersión rural lo ofrece Asturias, donde hace dos años se concedió la jornada continua a 65 centros públicos de educación infantil y primaria. Salvo cinco casos aislados, el resto de los 65 colegios se concentran en los núcleos urbanos del centro de Aturias, sobre todo Oviedo, Gijón y Avilés, a donde acuden los alumnos de las localidades cercanas.

Todos estos colegios desarrollan actividades extraescolares. La reivindicación de la jornada continua en Asturias la llevaron a cabo los padres.

Tradición en Toledo

Diferente y particular es el caso de Toledo, el único municipio de Castilla-La Mancha con jornada continua. Salvo un centro de educación especial, todos los colegios públicos de la ciudad, siete en total, recuperaron el horario intensivo en 1996, tras un referéndum en el que participaron más del 70% de los padres. La jornada continua es una tradición en Toledo desde los años cincuenta, cuando se implantó en el Colegio Fábrica de Armas para que los hijos de los trabajadores de la fábrica tuvieran el mismo horario que sus padres.

Otros centros privados y concertados de Toledo y de Talavera de la Reina han pedido la jornada continua, de momento sin éxito.

Esto confirma la inercia que lleva a los padres de algunos colegios a pedir la jornada continua cuando se implanta en centros próximos. La misma tendencia puede aplicarse a los nueve centros de Valladolid.

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