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Entrevista:RAMÓN SERÓ I ESTEVEGERENTE DEL AYUNTAMIENTO DE BARCELONA

"Una peseta de inversión pública genera tres privadas"

Blanca Cia

No le gusta nada que le llamen supergerente y tampoco estar en primer plano. Afirma que el trabajo de gerente en una administración pública tiene que ser discreto. Ramón Seró i Esteve, de 52 años, estrena el cargo de gerente municipal en el Ayuntamiento de Barcelona. Licenciado en Ciencias Empresariales por Esade, Seró tiene una amplia experiencia en la gestión de los recursos públicos que empezó en 1983 como gerente de Mercasa, en Madrid. Cuatro años más tarde, pasó a la Cámara de Comercio de Barcelona. En 1991, ocupó el mismo cargo en el Departamento de Economía y Empresas del Ayuntamiento de Barcelona, época en la que trabajó con el actual alcalde, Joan Clos. En 1996 asumió la gerencia de Servicios Generales del Área Metropolitana de Barcelona. El pasado mes de julio, el alcalde le llamó para que se hiciera cargo de las finanzas del Ayuntamiento. Seró dirige un equipo de gerentes -cinco de las principales áreas de gestión y los diez de los distritos- que ha sido profundamente renovado: dos terceras partes son incorporaciones nuevas. Se trata también de un cambio generacional: la media del nuevo equipo no supera los 40 años.Pregunta. ¿Le tocaba al equipo gerencial una renovación en profundidad?

Respuesta. Cualquier administración, como todo, necesita renovarse. Necesita la incorporación de gente que viene con más ilusión porque estimula a los equipos directivos. En cierto modo, somos trabajadores temporales. Nuestro trabajo dura cuatro años. Pero en el equipo de gerencia que ha formado el alcalde hay un denominador común: casi todos han pasado por el sector público y eso es muy importante.

P. La figura de gerente municipal es nueva en un organigrama en el que ya está clara la separación entre gobierno y gestión. ¿Cúal es la misión de la nueva figura del gerente?

R. Principalmente garantizar la coordinación entre el aparato de gobierno -el alcalde y los 24 regidores- y el comité ejecutivo -los 15 gerentes y las empresas e institutos municipales-. Esa función la realizaba Josep Marull [el gerente de Servicios Generales del Ayuntamiento de Barcelona que falleció el pasado mes de julio]. Lo que se persigue es conseguir una administración más sencilla, más ágil, más eficaz y, a poder ser, más barata.

P. ¿Cómo se presenta el mandato en cuanto a finanzas?

R. El Ayuntamiento atraviesa un momento bueno. Creo que podemos avanzar en la calidad y en la prestación de servicios. Los números van muy bien y no tenemos la presión de tener que afrontar costes tan especiales como los que ocasionaron los JJ OO. Se podrá continuar con una inversión fuerte, tal como se decía en el programa electoral. Para el próximo mandato calculamos una inversión propia de 30.000 millones anuales, sin contar con los fondos de cohesión ni con las transferencias de otras administraciones.

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P. Barcelona tiene como metas en los próximos años proyectos muy importantes, como la estación de La Sagrera y el frente del litoral del Besòs con el Fòrum 2004. ¿Se podrá llegar a tanto?

R. El Ayuntamiento y la ciudad crecen a través de los proyectos urbanísticos. Aunque todavía se tiene que perfilar el Plan de Actuación Municipal, estamos ante unos años ambiciosos. Y hay una cosa muy importante que no hay que perder de vista: la inversión pública estimula la privada. Es sensacional que con una peseta de inversión pública se consigan tres del sector privado. Por eso es gratificante trabajar en el sector público, porque se puede conseguir multiplicar la inversión privada. Y el Ayuntamiento de Barcelona está por detrás de la inversión que puede llegar a generar.

P. Pero hay proyectos, como la estación central del AVE en La Sagrera que todavía no están claros porque el Gobierno central no se define.

R. Hay una diferencia importante de criterios entre el Ayuntamiento y el Gobierno central. Éste no tiene la visión ambiciosa que tenemos nosotros porque Barcelona quiere transformar toda esa gran zona, un gran agujero entre barrios separados por las vías -los de Sant Martí y Sant Andreu-. No somos los primeros en aspirar a un gran nudo de comunicaciones; otras ciudades europeas ya lo han hecho. Tenemos que aprovechar la fuerza de Barcelona para conseguirlo. Además, Madrid nos debe una inversión importante.

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Sobre la firma

Blanca Cia
Redactora de la edición de EL PAÍS de Cataluña, en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en diferentes secciones, entre ellas información judicial, local, cultural y política. Licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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