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El Ayuntamiento de Vigo, acusación particular en la muerte de un niño

El Ayuntamiento de Vigo se personará como acusación particular en el proceso por la muerte del niño de dos años Iván Carpintero Salgueiro, que falleció el lunes como consecuencia de la paliza que presuntamente le infligió el novio de su madre, Javier Campos Triñan, de 32 años, mientras la mujer, Carmen Salgueiro Figueiras, asistía a la boda de un familiar, el pasado sábado. La pareja permaneció durante toda la jornada de ayer prestando declaración ante la juez que instruye el caso.El pequeño ingresó en el hospital el mismo sábado, a las diez de la noche, en estado de coma, y falleció a las cero horas del lunes por un fallo multiorgánico originado por los golpes que había recibido. Este desenlace causó primero sorpresa y consternación y luego indignación entre los vecinos de la pareja, que convivían desde hace unos seis meses en un piso de la calle Torrecedeira de Vigo.

Los vecinos afirman no haber visto ni oído nunca nada que les hiciera sospechar que Iván, un niño "salado, gordito, lleno de salud y tranquilo", fuera maltratado. "Carmen quería mucho a su hijo, lo mimaba continuamente", declaran. Es la menor de diez hermanos. Hace año y medio rompió su relación con el padre del pequeño, Jesús, siete años menor que ella. No volvieron a verse. Ella trabajaba como repartidora de pan y el sábado se fue a una boda, dejando a Iván al cuidado de su novio Javier. Los vecinos la vieron llorar y lamentarse a primera hora de la noche del sábado: "¡Se me va, se me va!", decía. El propio Javier les pidió que llamaran al 061.

La policía tuvo que pedir refuerzos el lunes por la tarde para protegerle de un linchamiento, cuando la pareja acudió a su domicilio para reconstruir los hechos. Unas 300 personas se apostaron en las inmediaciones del portal y superaron a los dos agentes que custodiaban al detenido, cuando éste reapareció entre ellos, con la cabeza cubierta por una cazadora. Le cayó una lluvia de golpes y escupitajos al grito de "asesino, asesino". Los mismos gritos se repitieron a la salida de la madre.

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