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Falta mano de obra

Uno de los signos más expresivos de que se viven tiempos de prosperidad es la falta de mano de obra cualificada. Para conseguir un pintor o fontanero de cierta garantía profesional has de ponerte en lista de espera. Pero los empresarios no pueden esperar y, si no los tienen, se los roban a la competencia, sacudiendo al alza los salarios. Lo grave es que ni aún así se consiguen, como viene aconteciendo en los sectores de la construcción y el turismo. Razón por la cual se ha reunido la patronal alicantina con el fin de hallar soluciones que, de serlo, han de ser inmediatas para aprovechar el "boom" productivo. Sugieren la importación de trabajadores y flexibilizar la contratación de inmigrantes que malviven en suelo español. Sea cual fuere el remedio, parece oportuno preguntar de qué ha valido la millonada invertida en cursos de formación a cargo de patronos y sindicatos.

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