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Jordi Pujol plantea las autonómicas como un plebiscito a su trayectoria

El presidente de Convergència Democràtica, Jordi Pujol, planteó ayer las próximas elecciones autonómicas como un plebiscito a su larga trayectoria "al servicio de Cataluña" y a sus casi 20 años de gestión como presidente de la Generalitat. Pujol pidió una nueva prórroga para acabar él mismo el trabajo empezado porque "el tren todavía no ha llegado del todo a la estación". El líder nacionalista se mostró confiado en la victoria, pero introdujo un asomo de duda al afirmar: "Sólo perderemos si no creemos que ganaremos".

Pujol clausuró ayer en Sitges (Garraf) la escuela de verano de su partido con un largo discurso en el que hizo un repaso a su trayectoria política, que se inició, según recordó, con unas pintadas nacionalistas en una pared en Barcelona en 1946. El líder de CiU miró hacia atrás en el tiempo para comparar con la actualidad la situación que vivían España y Cataluña en aquellos oscuros años del franquismo. Pujol reclamó para sí y para Convergència i Unió buena parte del mérito de las mejoras que ha tenido el país en los últimos 19 años, época en la que él ha estado al frente del Gobierno de la Generalitat. "Nosotros hemos capitaneado esta transformación" , aseguró ante varios centenares de militantes que escucharon sin apenas interrumpirle durante toda su exposición. El líder nacionalista pidió un nuevo mandato para "poder acabar el trabajo". "El tren todavía no ha llegado del todo a la estación", aseguró. Por esta razón reclamó poder acabar él mismo el trayecto iniciado como conductor del tren. Según explicó, siente que le quedan todavía dos aspectos que resolver antes de dar su trabajo por concluido: resolver definitivamente la financiación de Cataluña y elevar el techo del autogobierno. Éstas serán, como ya había anunciado en varias ocasiones anteriores, sus prioridades programáticas para los comicios autonómicos. CiU en el año 2010 Pujol asumió en su intervención que Cataluña se encuentra cerca de un final de etapa, simbolizada en la metafórica llegada a una nueva estación. Pero insistió en que aún falta un poco para que llegue este momento. Siguiendo su propia metáfora, esta estación que ya se vislumbra servirá para poner "el tren sobre una nueva vía" con rumbo a otra estación que tendrá como horizonte el año 2010. "En el 2010 yo ya no estaré -me habré retirado mucho antes, no tengáis miedo- y quizá tampoco estará CiU como partido de gobierno, Dios lo dirá", aseguró un Pujol de aspecto cansado, afectado por el estado de salud del industrial Pere Duran Farell. [En aquel momento todavía no se había producido la muerte del industrial catalán]. Pujol se mostró confiado en obtener el aval de los ciudadanos de Cataluña en los comicios de otoño para seguir al frente del tren y poder acabar su trabajo. El líder nacionalista aseguró que CiU tiene "mensaje, programa, proyecto, liderazgo" y, sobre todo, una actitud hacia la política basada en el "patriotismo". "Para nosotros, Cataluña es lo prioritario", afirmó Pujol, quien se preguntó retóricamente: "¿Con quién piensa la gente cuando se habla de fer país?". Él mismo se respondió: "Con Convergència. Ésta es la marca de Convergència". Pujol señaló que la política tenía sentido en la medida en que supone un compromiso con un proyecto de país y no se basaba en la discusión sobre cargos, cuotas e intereses individuales o de un grupo. En conferencia de prensa posterior, el líder nacionalista precisó, tras ser preguntado por los periodistas, que con estas palabras no se estaba refiriendo al conflicto que su partido ha tenido con Unió durante la elaboración de las listas electorales. A pesar de su confianza aparente en la victoria, Pujol admitió de forma indirecta la posibilidad de sufrir una derrota ante Pasqual Maragall. En los últimos meses, el presidente de CDC ha expresado su convencimiento de que conseguirá más escaños que en 1995, pero ayer introdujo un asomo de duda al asegurar: "Sólo hay una forma de perder las elecciones: no creer que las ganaremos". En su expoción trató de aportar argumentos para que los militantes tengan fe en la victoria. "Ya sé que las últimas elecciones [las municipales] no han ido lo suficientemente bien, pero no os dejéis arrastrar por lo que os digan los demás: tenemos nuestro bagaje y hemos liderado la transformación de los últimos 20 años", aseguró. Pujol ahondó en la misma idea durante el consejo de CDC, que se celebró también en Sitges. Fuentes del consejo explicaron que Pujol exigió a los dirigentes que aparquen el debate sobre las causas que han provocado el retroceso en las municipales y pongan como única prioridad la preparación de las autonómicas. Según las mismas fuentes, el secretario general de la formación, Pere Esteve, aportó una cascada de datos para tratar de combatir el desánimo provocado por los resultados e insuflar optimismo y confianza en la victoria del partido en las autonómicas. Esteve admitió que CiU había recibido un "aviso". No obstante, aseguró que, salvo en la provincia de Barcelona y las grandes ciudades de Tarragona, el resultado de las municipales era equiparable al de 1995. Esteve afirmó, para dar fuerza a su tesis, que el porcentaje de votos obtenido en las municipales equivaldría a 16 diputados si las elecciones celebradas hubieran sido las generales. Los mismos escaños que CiU tiene ahora. Esteve no aportó la proyección que supondría aquel resultado en unas autonómicas.

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