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La Conferencia de Budapest exige un uso responsable de los avances científicos 150 países aprueban una declaración sobre la utilización de los conocimientos

Budapest ENVIADA ESPECIALLos representantes de 150 países participantes en la Conferencia Mundial sobre Ciencia hicieron ayer un llamamiento a todos los Gobiernos y a los científicos: que se utilice el conocimiento de todos los campos de la ciencia de forma responsable para hacer frente a las necesidades y aspiraciones y se evite su mala utilización. Estas palabras se recogen en el preámbulo de la Declaración sobre la Ciencia y el Uso del Conocimiento Científico aprobada ayer por consenso, junto con una agenda o marco de acción.

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El plan de acción

Ambos documentos marcan principios generales de solidaridad con los países en desarrollo en el ámbito de investigación y desarrollo (I+D), pero también pone de manifiesto muchas cuestiones de interés global, desde el compromiso con la defensa del medio ambiente, hasta la participación de la mujer, y la necesaria libre circulación de los conocimientos. "Se que no es cuestión de soñar que la semana próxima me digan que todos sus gobiernos han acordado aumentar el porcentaje de gastos en investigación de la noche a la mañana hasta el nivel que les sugerimos", dijo ayer el director general de la Unesco, Federico Mayor Zaragoza, en la clausura de la conferencia. "Pero sí sueño que ustedes pongan la ciencia en su agenda política y la mantengan ahí". Los documentos aprobados no obligan a acciones concretas ni a asumir compromisos económicos, por lo que su aprobación por consenso no ha exigido más que negociaciones durante los seis días que ha durado la conferencia sobre la redacción de algunos párrafos de los borradores, sin entrar en agudezas que pudieran incomodar demasiado a unos u a otros.

Lo que los documentos y los debates de la Conferencia -con la participación de más de 2.000 personas entre delegaciones de países y de organismos no gubernamentales- suponen es conectar muchas cuestiones actualmente abiertas sobre la relación ciencia- sociedad-política. Además, se ha puesto de manifiesto la necesidad de hacer frente a las diferencias -ya abismales- que hay también entre el mundo desarrollado y el mundo en desarrollo en I+D Ante la creciente privatización de los conocimientos, la Conferencia de Budapest ha abordado, y así se recoge en sus conclusiones, la necesidad del apoyar la financiación pública de la ciencia fundamental y mantener un equilibrio con el sector privado.

Los representantes de los países en desarrollo se van a casa después de la conferencia con un mensaje muy claro de que tienen que hacer esfuerzos internos en recursos y organización para, con la ayuda de la comunidad internacional y los países industrializados, intentar subirse al tren de la ciencia y la tecnología en el siglo XXI. Un mínimo del 0,4 % del Producto Interior Bruto dedicado a I+D se considera el aconsejable para los países menos avanzados.

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