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La planta de motores Zetec de Ford sufre el estancamiento del Fiesta

El conflicto en la planta de motores de la factoría de Ford en Almussafes tiene su origen en la escasa implantación de los cuatro modelos que se fabrican en la planta valenciana. Frente a sus competidoras europeas, Colonia, Bridgend y Daguenham, que producen motores con importante implantación en los modelos de la marca, los que se fabrican en Almussafes tienen seiros problemas para sobrevivir. Hasta los Zetec SE, que supusieron una importante inversión en 1995, tienen problemas ante la caída de ventas del modelo Fiesta.

La planta de motores HCS de Ford Almussafes -modelos que dejarán de fabricarse en el 2002 y que ya están por tanto en la curva descendente de fabricación- no es la única que preocupa a los sindicatos. También la que fabrica los Zetec SE -modelos más modernos- tiene problemas. La planta valenciana fabrica dos cilindradas bajas de este tipo de motor, que se montan, fundamentalmente en los Ford Fiesta. Sin embargo, el descenso de ventas de este modelo está afectando al nivel de fabricación de la planta valenciana. Las previsiones de la marca del óvalo eran que el lanzamiento del Ka supusiera un complemento del Fiesta. Sin embargo, las ventas demuestran que el mercado ha aceptado en parte el nuevo Ka como un sustituto del Fiesta que pierde fuerza entre los compradores. De hecho, las listas de modelos más vendidos no sitúan al Fiesta en el mismo nivel que sus directos competidores en este segmento. Este panorama pone en evidencia la necesidad de que Almussafes cuente en la adjudicación de los nuevos motores de Ford, ya que la primera impresión es que ninguno de los motores que se fabrican en la planta valenciana tiene un mercado suficientemente grande para aguantar el actual nivel de empleo. La caída de fabricación del modelo HCS ha sido notable en el último ejercicio. En 1997 salieron de las líneas de Almussafes 440.130 unidades, mientras que en 1998, este número se redujo hasta 378.616. El HCS se fabrica en dos cilindradas muy bajas 1,1 y 1,3 litros. El primero está prácticamente en desuso -de hecho, ya no se monta en coches y se destina a pequeñas máquinas como cortadoras de césped-. El segundo se monta en el Ka. Sin embargo, el descenso de HCS no se ha asumido en su totalidad por la planta Zetec. En 1998, la suma de HCS y Zetec fue menor que la que se registró en 1997, a pesar de que fue un buen año para el sector. Frente a la escasa competitividad de los motores fabricados en Almussafes, las otras tres plantas de motores de Ford en Europa cuentan con modelos que tienen un mayor futuro. Colonia (Alemania) fabrica los Zetec SE 1.8 y 2.0, que se montan en los Mondeo y Focus, y el 4.0 V6, que se destina a los Explorer y al Mercury, modelo este último que sólo se comercializa en Estados Unidos. La planta de Bridgend (Gales) construye los motores Zetec SE 1.6 y 1.8 -para el Focus y el Mondeo- y los 4.0 V8 y 3.2 V8 que se destinan a los Jaguar, una de las marcas del grupo Ford. Finalmente, de las líneas de Daguenham (Inglaterra) salen varias versiones diesel de Zetec SE -que se montan en la mayoría de modelos- así como otros modelos más antiguos como los DOHC que se instalan en los modelos Scorpio, Galaxy y Transit. El destino, por tanto, de los motores que se fabrican en estas tres plantas es más firme que el de los que se producen en Almussafes. Más cuando en el último ejercicio, las ventas del Focus y de los modelos de gama alta de la marca -que se equipan con motores hechos en alguna de estas factorías- supusieron la locomotora de los resultados de Ford en España y en Europa. Faltan motores diesel Una de las incógnitas que nadie acaba de explicarse es por qué la marca no apuesta por aumentar la fabricación de motores diesel. Los vehículos con esta motorización tienen una fuerte demanda a la que no se puede hacer frente, ya que la planta de Daguenham no puede atender todas las peticiones que se reciben. El mercado de los diesel tiene especial incidencia en el sur de Europa. Algunas fuentes explican que una opción positiva para Almussafes sería la introducción de motores de este tipo. Sin embargo, la multinacional parece tener descartada esta opción. Este panorama deja a la planta de motores de Almussafes en el alero, a la espera de que en septiembre la multinacional decida el destino de la fabricación de los modelos I4 e I5. Una opción distinta a la valenciana pondrá en juego muchos empleos.

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