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Ripstein lleva a su México 'El coronel no tiene quien le escriba'

El cineasta presenta en Madrid la adaptación de la novela de García Márquez

Elsa Fernández-Santos

Tres días antes de viajar al Festival de Cannes, donde El coronel no tiene quien le escriba participa en la sección oficial a concurso, Arturo Ripstein presentó ayer en Madrid su "fiel" adaptación de la novela de Gabriel García Márquez. Rodada en el trópico mexicano, en Veracruz, el filme (que se estrena en España el 4 de junio) es, según Ripstein y la guionista, Paz Alicia Garcíadiego, una visión "básica, mexicana, concreta y no abstracta" de la novela.

Arturo Ripstein explicó ayer que García Márquez sólo puso una condición cuando le entregó los derechos de su novela: ser un espectador más, alejado del guión, del rodaje y del equipo. El escritor colombiano (que tan sólo matuvo una larga conversación previa con la actriz Marisa Paredes, la coronela), sin embargo, sí le pidió un favor a Ripstein: que los tirantes que lleva puestos el coronel (interpretado por Fernando Luján, que ciertamente no se quita la prenda en las casi dos horas de metraje) fueran unos que él guardaba."García Márquez vio la película conmigo y cuatro personas más. Lloró", afirma el director de Profundo carmesí y La mujer del puerto. "También lloró su mujer, Mercedes, a quien cuando escuché decir "ay mi pobre coronel y mi pobre coronela", no pude evitar contestarle: "No, ahora son míos".

Aunque la trama de El coronel no tienen quien le escriba es "muy chica", Paz Alicia Garcíadiego afirma que no quiso acudir a recursos falsos "como el playback". Sólo dos personajes, el de la coronela y el de la prostituta (interpretada por Salma Hayek) novia de su hijo muerto crecen en la adaptación. Según la guionista, mujer y escritora de todas las películas de Risptein, el filme es una visión mexicana de la novela. "Veracruz, en la costa mexicana, es muy parecido al Caribe colombiano, pero es México. Mi familia materna, que es como decir la única familia, es de allí ", añade Garcíadiego.

Coproducida por Gerardo Herrero (que ayer recordó la importancia de concursar en Cannes, la influencia que tiene el festival en su distribución internacional y cómo, curiosamente, por ello la gran mayoría de los filmes seleccionados, ya sean franceses, americanos o chinos, tienen capital francés detrás), la película está dedicada al padre del director y al de la guionista. "Mi padre era una especie de coronel delirante, un productor que me mostró qué era el cine y me pidió que jamás me dedicara a esto".

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Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

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