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Dos campeones para un título

Schumacher y Hakkinen ganar el cincuentenario aspiran de la F-1

A pesar de que son 22 los coches que disputarán cada uno de los 1 6 grandes premios de la temporada, el Mundial de fórmula uno se resume en dos palabras: Schumacher y Hakkinen. Son los dos mejores pilotos y los líderes de las dos únicas escuderías que aspiran al Mundial, Ferrari y McLaren Mercedes.

En el año del cincuentenario de la F-1, el doble campeón Michael Schumacher y el campeón actual Mika Hakkinen serán los protagonistas. Y su duelo certificará la buena salud del circo rodante: el año pasado la audiencia televisiva fue de 55.238.397.676 personas, y en la mayoría de circuitos afloró el cartel de "no hay billetes".

Sin embargo, las diferencias entre las 11 escuderías del Mundial son sustanciales. Mientras Ferrari invierte anualmente más de 30.000 millones de pesetas, Arrows y Minardi, los equipos de los dos pilotos españoles, Martínez de la Rosa y Gené, no superan los 5.000.

Como en los últimos 20 años, un piloto de Ferrari aspira al título. Es una situación que se repite, pero que no asegura que se rompa la sequía de los bólidos rojos. Ni siquiera Schumacher puede garantizar eso. Su duelo con Makkinen tendrá más connotaciones mecánicas que de pilotaje.

McLaren-Mercedes. Ha sido la última escudería en presentar su nuevo bólido. Hakkinen y David Couthard cuentan, teóricamente, con el mejor material, a pesar de los avances de Ferrari. Su presupuesto es más limitado que el de Maranello (17.500 millones de pesetas) y eso les obliga a no fallar en el desarrollo de sus bólidos. Después, las posibilidades de corrección de errores son escasas. Para ellos, Ferrari es el único rival temible.

Ferrari. Ha puesto todos los medios para ganar un título que se les ha resistido en los últimos 20 años (Schekter en 1979). Jean Todt tiene la confianza del presidente Montezemolo para desarrollar el coche. Ferrari ha perdido dos títulos por errores de su primer piloto, Schumacher, pero también ha sido él quien les ha llevado a la cumbre. "Esperamos hacerlo mejor que 1998", dijo Montezemolo en la presentación. Su presupuesto es ilimitado.

WilIiams. Sigue en época de transición. Ha cambiado a sus pilotos y ha hecho una apuesta de futuro con Zanardi. Ralf Schumacher es la gran esperanza de esta escudería. Su lucha no será, probablemente por la cabeza, sino por puntuar.

Bar y Jordan. Son las incógnitas. El exceso de patrocinadores obligaron a Bar a pintar de forma distinta los dos coches, pero eso no es garantía de nada. Su único piloto con garantías es Jacques Villeneuve. Jordan, con un alto presupuesto, debe responder a las expectativas de su cuarto puesto el año pasado. Damon Hill y Heinz Harald Frentzen ofrecen experiencia.

Benetton. Debe recuperar su prestigio, perdido desde la salida del dúo Brawn-Byrne. La entrada de Rocco Benetton en la dirección puede ser fundamental.

Prost y Stewart. Ambos cuentan con dos potentes fabricantes generalistas, Peugeot y Ford, que no ven recompensados sus esfuezos.

Sauber, Arrows y Minardi. Sauber, equipo suizo, no acaba de despegar, a pesar de recibir el apoyo de Ferrari. Arrows salvó su presu puesto gracias los financieros del Deutsche Bank, la aportación del Príncipe nigeriano Malik Ado Ibrahim y la de Repsol. De la Rosa es su gran esperanza. Minardi es la escudería más pobre y ha encontrado en Telefónica su salvación económica. Sus posibilidades son pocas.

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