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Alcaraz repite como candidato para liderar el PCA tras 19 años en el cargo Romero quiere adelantar su reelección como coordinador regional

Felipe Alcaraz optará otra vez a la reelección como secretario general del PCA en el VII congreso, después de 19 años en el mismo cargo. Salvo sorpresas de última hora, el histórico dirigente resultará designado, habida cuenta de la ausencia de lista alternativa cuando resta sólo un mes para el cónclave comunista. El continuismo en el PCA, partido hegemónico en IU, marca la misma tendencia para la federación, cuyo coordinador regional, Antonio Romero, pretende adelantar a julio la XI asamblea. El resultado de las municipales podría ser el punto de inflexión para un lento proceso de renovación en ambas organizaciones.

El VII de congreso del PCA se celebrará en Sevilla los días 21 y 22 de marzo. No se prevén grandes cambios, ni siquiera en la cúspide de la pirámide de mando, pese a que su secretario general sumará con este nuevo periodo (de tres cursos de duración) un total de 22 años al frente de las comunistas andaluces. El PCA, que en este cónclave también conmemora el 20º aniversario de su creación como partido con estatutos propios, deberá elegir -o confirmar-, al comité central, integrado por un centenar de miembros; la comisión ejecutiva, de unos 30, y la permanente, de entre siete y ocho dirigentes. Aunque Alcaraz ha dicho ante los órganos de dirección que está abierto a que se debata su continuidad, igualmente se ha mostrado dispuesto a seguir en el mismo sitio. En el ofrecimiento ha pesado el resultado del proceso de sustitución en el PCE de Julio Anguita, del que se quedó fuera con la elección de Francisco Frutos en la secretaría general. Hasta este momento, ninguno de los dirigentes del PCA se ha postulado para el cargo: los movimientos internos tanto en el PCA como en IU discurren por sendas tortuosas, difíciles de detectar, ya que el debate o posicionamiento sobre estos asuntos en los medios de comunicación es considerado una falta grave de deslealtad. Lavado de cara En cualquier caso, sería toda una sorpresa que surgiera una lista alternativa; todo lo más, según apuntan diversos sectores consultados, a Alcaraz le sucedería alguien de su entera confianza. La bandera del VII congreso es lo que se ha venido a denominar "reagrupamiento" de los colectivos de izquierda y progresistas para aumentar la pluralidad en IU. Este objetivo, anunciado un par de semanas atrás, ha desatado las iras de antiguos coaligados de IU -Los Verdes, el CAI, o el PDNI-, quienes culpan precisamente a Alcaraz de su polémica salida de la federación. Esta postura es compartida por algunos miembros que aún permanecen en IU, quienes estiman que la proclama es una mera huida hacia adelante para lavar la cara ante el electorado. La confirmación de Felipe Alcaraz marca la misma tendencia en IU. Antonio Romero, elegido coordinador tras el fuerte retroceso de escaños de las autonómicas de 1996, quiere adelantar a julio próximo la XI asamblea, en la que, también salvo sorpresas, será reelegido coordinador, a pesar de que ni ahora ni antes cuenta con la confianza de la vieja guardia de IU. La fecha, después de las municipales y antes de las autonómicas, plantea un problema: abrir un debate público de las diferencias de IU poco antes de los comicios andaluces en el caso de que -como apuntó el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves- se adelanten al otoño próximo. A ninguna organización le conviene electoralmente ese tipo de proceso en plena campaña. Según diversas fuentes consultadas, dirigentes próximos a Alcaraz y Romero han expresado ante los órganos de dirección su temor de que los previsibles pobres resultados de los comicios andaluces sirvan para vapulear al coordinador, si la asamblea se fija para después. Si, por el contrario, el congreso es antes, la consulta electoral de junio, donde IU tiene más posibilidades de salir airosa, fortalecerá a Romero. Las elecciones locales, en la que IU ha hecho una apuesta importante por la alcaldía de Córdoba, será, si no hay algún acontecimiento que lo altere, el punto de inflexión para empezar a pensar en cambios en las dos organizaciones andaluzas. Hasta entonces, el equilibrio de fuerzas será el mismo, aún con congresos entre medio.

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