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Un incendio destruye dos plantas de la sala Joy Eslava y obliga a desalojar a 1.200 clientes

A las 2.30 de la madrugada de ayer, un cortocircuito, según la primera hipótesis de los bomberos, desató un incendio en un almacén de la tercera planta de la discoteca Joy Eslava. Las llamas treparon a la cubierta del edificio. Las 1.200 personas que se divertían en las distintas salas de baile desalojaron el local sin sufrir más daño que alguna tiritona por el frío que hacía en la calle. La misma noche, pero de 15 años atrás, en 1983, otro incendio arrasó otra discoteca de moda del centro de Madrid: la de Alcalá 20. Entonces perdieron la vida 83 personas.

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El fuego se originó en la planta tercera, en una dependencia que sirve para guardar la ropa del personal del establecimiento y que también almacena discos y decorados. La causa del fuego, según aventuran los bomberos, hay que buscarla en un cortocircuito.A las 2.25, Emilio, que bailaba en la sala, empezó a oler a quemado. Junto a él, en una discoteca en la que caben 1.500 personas, se encontraban 1.200 clientes, muchos de ellos de la cadena privada Tele 5, que celebraba una fiesta. Los bomberos recibieron el primer aviso a las 2.40. Cuatro minutos después ya se encontraba en la discoteca, en la calle del Arenal, el primer contingente, según explicó el edil de bomberos, Carlos López Collado. El incendio destruyó dos de las cuatro plantas del edificio (construido en el siglo XIX) y la mitad de la cubierta se vino abajo. Sin embargo, el esqueleto del inmueble no sufrió grandes daños, ya que hace una década se reformó la estructura metálica de las vigas.

Uno de los bomberos subió a la tercera planta, comprobó que el incendio era importante y bajó a la pista de baile. La clientela, según relata un testigo, ya se arremolinaba alrededor de las 10 puertas de emergencia algo asustados por el olor a humo y a quemado. El bombero ordenó a los clientes que abandonaran la discoteca sin recoger siquiera los abrigos, lo que provocó alguna que otra protesta.

López Collado explicó que la evacuación fue "modélica", que las salidas de emergencia funcionaron "perfectamente" y que esto "explica" que un fuego "tan importante se haya saldado sin ningún herido".

Sin embargo, la Organización de Consumidores (OCU) denunció que en mayo de 1997 visitó la discoteca Joy Eslava y que descubrió "un elevado riesgo de incendio".Uno de los elementos que contribuían a este elevado nivel de peligro era que la moqueta que recubría las paredes "no ofrecía garantías suficientes de seguridad ante el fuego". Para esta asociación, que no "haya que lamentar muertes en esta ocasión es debido al excelente comportamiento de los responsables del local" y a la "suerte del foco inicial del incendio".

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Calificación "mala"

Entre los errores citados por la OCU sobre Joy Eslava se cuentan, entre otros, el estrechamiento de los pasillos de evacuación o la falta de señalización. A modo de resumen, la OCE propinó en mayo a la famosa sala, en cuanto a medidas de seguridad, la calificación de "mala".A pesar de esto, no se produjeron escenas de pánico a la hora de abandonar el local. "Nadie dijo nada por megafonía. Yo creo que tenía que haber sido el pinchadiscos el que dijera que teníamos que abandonar la discoteca. A pesar de todo, salimos tranquilamente". En la calle les aguardaban temperaturas de cuatro o cinco grados: nada agradable para quien se ha dejado el abrigo dentro y sólo lleva puesto lo que vestía en la sala. Algunos testigos comentaron que muchas chicas vestían prendas de ropa que no iban más allá de una combinación. Los sanitarios del Samur y los bomberos acudieron en auxilio de los ateridos clientes proporcionándoles mantas.

Los bomberos tuvieron que abrir huecos en algunas viviendas particulares para, desde ellos, apuntar con más efectividad a las llamas. El concejal López Collado explicó que los servicios municipales "ya estaban arreglando los desperfectos causados".

A las 12.00, los bomberos abandonaron el lugar. A la hora de los cálculos, Pedro Trapote, el hijo del dueño, elevó a 200 millones de pesetas la cantidad perdida por los daños del incendio. Lo más valioso lo constituían un artesonado que adornaba el tejado y los frescos pintados en el techo de la tercera planta.

Cierre de la sala

Los propietarios de Joy Eslava, en cuanto se fueron los bomberos, se pusieron a pensar en el futuro: la discoteca abrirá, según sus previsiones "el 15 de febrero, coincidiendo con el 15 aniversario de la inauguración".Las fechas se enredan en este suceso: 15 años atrás, la misma noche del 17 al 18 de diciembre, ardió por entero la discoteca de Alcalá 20. Situada en un sótano, sin medidas de seguridad correctas, fue la tumba de 83 personas. El concejal López Collado resumió en una frase en qué ha cambiado la ciudad en 15 años: "Esto no es ya Alcalá 20".

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